Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), entre un 6 y un 8% de la población española podría padecer dolor neuropático, lo que supone más de 3 millones de afectados. Pero además, diversos estudios apuntan a que este tipo de dolor aumenta cada año. "El dolor neuropático se produce por afectación de las vías que transmiten el dolor o en la zona del cerebro donde se procesa, es decir, no está producido por un agente dañino como sucede en el dolor nociceptivo", explica el neurólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS) Manuel Arias, que añade que hay muchas entidades que lo provocan: diabetes, cáncer, traumatismos, enfermedades neurológicas, ictus, párkinson, infecciones y la exposición a agentes tóxicos.

Según la SEN, es uno de los dolores más complejos, tanto en el diagnóstico como en su tratamiento. En este sentido, el especialista gallego asegura que para el correcto manejo del dolor es imprescindible determinar primero cuál es su causa y qué mecanismos están implicados en la neuralgia. "Hoy disponemos de distintos tratamientos, como los fármacos que modulan la transmisión nerviosa, los analgésicos habituales y para casos muy importantes, opiáceos e incluso la intervención quirúrgica", afirma.

El neurólogo reconoce que el dolor es altamente incapacitante y afecta a la calidad de vida al paciente. "Hemos conseguido mucho en el control del dolor, pero sigue siendo en ciertos enfermos, un reto", añade.

La actitud del paciente también influye en el dolor. "Hay enfermos que focalizan toda su atención en 'me duele', 'no se me pasa'', y se produce un mecanismo de refuerzo. Y tampoco todas las personas tienen el mismo umbral perceptivo del dolor. Pero yo siempre les digo que siempre hay que esperar a mañana y que la medicina tiene muchas alternativas terapéuticas", explica el especialista del CHUS.