El imperio Planeta pasa página y no se vislumbra un capítulo de marcha atrás. La tradicional rueda de prensa anterior a la entrega del premio literario mejor remunerado del mundo, que llega a su LXVI Edición, tuvo, como era de esperar, un marcado tono político. La edición de este año no será recordada tanto por el libro ganador como por la decisión anunciada jornadas antes, y confirmada ayer por el presidente José Creuheras, de que el grupo editorial ha decidido cambiar el domicilio de su sede social para llevarla a Madrid y "preservar los intereses de nuestros accionistas, de nuestros trabajadores, proveedores y autores". La decisión, informó, se hizo efectiva "hace dos días". Y es definitiva.

Creuheras, que precisó que el premio Planeta seguirá entregándose en Barcelona, reconoció que el conflicto político que se vive en Cataluña ha llevado a un descenso de las ventas de un 25 % en las librerías que pertenecen al holding, en las que la afluencia de público ha caído hasta en un 50 %.

Preguntado de forma directa si consideraba que se había producido una declaración de independencia, a la vista de la confusión que provocó el martes la pintoresca fórmula del presidente del Govern, Carles Puigdemont, Crehueras fue tajante: "Se declaró la independencia y se suspendió acto seguido, y eso consideramos que nos situaba en una situación de inseguridad jurídica respecto a lo que podía venir posteriormente".

En cuanto a los posibles ganadores del premio de 601.000 euros que se fallará esta noche en Barcelona, suenan Fernando Marías, Nuria Amat y Oriol Paulo.