"Hay un grandísimo interés en la aplicación práctica de esta ley; mucha gente de Galicia y de toda España se puso en contacto con nosotros pidiendo informacióndesde la promulgación en Portugal, que le abrió las puertas a la posobilidad de ser padres y madres a personas que no cuentan con los recursos suficientes para ir a otros países como EE UU o Europa del Este. Recibimos más de un centenar de consultas entre nuestra Asociación [Asociación por la Gestación Subrogada en España] y la Asociación Son nuestros hijos". Así de clara se muestra Aurora González, secretaria de la asociación que impulsa en España la gestación subrogada por iniciativa legislativa popular. La entrada en vigor de la ley de 'vientres de alquiler' -un término que las asociaciones rechazan- en Portugal ha generado un 'efecto llamada' en Galicia que se extiende a otras zonas de España, donde aún no se ha avanzado con ningún tipo de legislación al respecto, pese a la propuesta reciente en el Congreso de Ciudadanos y que cuyo debate en Galicia promovió el presidente de la Xunta (PP), Alberto Núñez Feijóo.
Diversas asociaciones y agencias especializadas se afanan por responder al aluvión de peticiones de información en este sentido, muchas de las cuales se traducen en intentos de apuntarse en la lista de aspirantes que ha comenzado a elaborarse al otro lado de la frontera. Y la tendencia va a más aunque la normativa establece requisitos exigentes. "
En lo que repesta al tipo de ley, las asociaciones españolas pro gestación subrogada desean un modelo similar al luso, al menos en lo que al sistema altruísta se refiere. Portugal ha decretado que "solo será posible de manera gratuita y en los supuestos en que la ausencia de útero y una lesión o enfermedad de este órgano impidan de forma absoluta el embarazo de una mujer". La pareja que quiera acceder a este procedimiento deberá acudir a un centro de reproducción asistida, público o privado, para que sea probada la infertilidad de la madre genética y la situación psicológica de la madre gestante, que no recibirá ningún pago a excepción de los gastos médicos.
El Consejo Nacional de Procreación Médicamente Asistida (CNPMA) de Portugal ya ha recibido al menos 50 solicitudes, la mayoría de parejas portuguesas, según avanzó la agencia Efe. Pero se han acreditado unas cuantas demandas desde España, de parejas que viven cerca de la 'raya'. Al parecer, se trata de una mujer con problemas en el riñón, por lo que pondría en riesgo su integridad, según Efe.
La ley abre la posibilidad al hecho de que puedan acogerse ciudadanos de otros países, siempre que se acrediten todos los requerimientos, entre los cuales destacan disponer de un domicilio en Portugal o, como mínimo, garantizar que todo el proceso se va a realizar en ese territorio, aunque la vivienda habitual se ubique en dominio español.En un caso más reciente, planteado desde España, ue rechazado porque provenía de una familia monoparental, constituida solo por una mujer y Portugal no acepta más que parejas, siguiendo la misma fuente de información.
Las expectativas se han multiplicado en matrimonios de Galicia, pero también de Andalucía, Extremadura, Salamanca o Zamora. Además de la proximidad con dichos territorios españoles, destaca el hecho de que es mucho menos costos realizar en tierras lusas que desplazarse a otros países europeos.
En cuanto a la población lusa, el primer caso en vías de autorización -pero aún no definitiva- se trata de una joven pareja cuya mujer perdió el útero por complicaciones de una endometriosis, así que cumple totalmente los requisitos exigidos por la normativa. Pero la polémica, según destaca el corresponsal en Lisboa para ABC, llega por la elección de la madre de alquiler: la abuela de la criatura, Isabel, de 50 años. Es la madre de la futura madre biológica de la criatura.
La decisión final aún puede demorarse varios meses, tras la consulta de la Orden de Médicos y después el CNPMA tendrá derecho a emitir el dictamen definitivo.
Aurora González Ginzo - Secretaria de la Asociación por la Gestación subrogada en España
"Nos da envidia a la vez que esperanza"
"Nos da envidia al mismo tiempo que esperanza, porque en Portugal ha sido auspiciada por un gobierno de coalición de izquierdas después de un debate y una regulación bastante restrictiva", asegura la secretaria de la principal Asociación en España,. No en vano, la ley portuguesa dice "es posible recurrir a la gestación subrogada, pero solo se aplicará en situaciones absolutamente excepcionales", literalmente. Tambié la ley limita el contacto de la madre gestante con el bebé al "mínimo indispensable" tras su nacimiento, debido a los "potenciales riesgos psicológicos y afectivos que esa relación supone, sin perjuicio de las situaciones en las que la gestante de sustitución es un familiar próximo". Queda, no obstante, ver cómo funciona en la práctica.
"Lo vemos como un paso más hacia la regulación en nuestro país, del mismo modo que Canadá, o Reino Unido, o algunos estados de EE UU", indica al mismo tiempo Aurora González. "Los cambios de la legislación van por detrás de los avances médicos; es un tema controvertido como en su día lo fueron otros temas médicos o el aborto", matiza.
En España, la polémica continúa, con voces que defienden la regulación de la gestación subrogada como parte de los derechos reproductivos y otras que rechazan supeditar la libertad de la mujer gestante a la voluntad de una pareja que desee tener hijos con sus mismos genes. En ese último caso, en contra, se sitúan tanto colectivos de izquierda y feministas, como de la derecha más conservadora.
El debate sobre la legalización continúa y la Asociación por la gestación subrogada e España espera que se debata antes de diciembre.En contraposición, el PSOE se ha posicionado en contra de la práctica, resolviendo que "supone una mercantilización de los cuerpos de las mujeres" y es contraria a su ideario. Por esta misma razón, Podemos tiende a rechazar esta práctica, pero aún no ha fijado claramente su posición. El PP decidió en su Congreso nacional de febrero esperar a las recomendaciones de un comité de expertos antes de definir su postura al respecto.
