"¡Qué difícil es poner al sistema capitalista en su lugar! Es un reto sobrehumano", señalaba ayer en Club FARO, el candidato al Nobel de la Paz Solalinde. Entre sus visitas a Europa, sitúa al Estado español en un lugar privilegiado. "España es, quizás, de los países que he visitado con mayor fortaleza espiritual".

No obstante, en general ve "un mundo tensionado entre dos fuerzas: una destructiva y otra solidaria". En su discurso, detalló que "llevamos un tipo de destrucción a la que nos acostumbramos". Como ejemplo, apuntó que "las mujeres llevan dos mil años de discriminación. La mujer no ha podido entrar plenamente en las estructuras católicas" debido a la construcción masculina del mundo. Como consecuencia, se ha normalizado el feminicidio, asesinato de mujeres por el mero hecho de serlo con un saldo doloroso y sanguinario de siete homicidios femeninos al día en México. "No es normal que se hayan asesinado a unas 40 mujeres en España" en lo que va de año, denunció.

A pesar de ser contestatario con la mirada hacia otro lado de la Iglesia Católica, su credo, alabó la labor del papa Francisco que "ha comenzado a revertir" la situación de ignominia y desamparo de la mujer.

Solalinde Guerra está convencido de que "una parte de la violencia del mundo es consecuencia del sistema neoliberal. Tiene una parte negativa sobre la que hay que reflexionar. Ha generado un mundo mezquino cuyo dios es el dinero pasando la persona a segundo término. El sistema capitalista ha contaminado a la clase política, pero no puede ser normal que 1% de la población mundial acapare la riqueza mundial". "Ese 1% cada vez quiere más, no tiene saciedad", lamentó con pesar este sacerdote activista.