Durante varias semanas de 1972, Vigo y su comarca permanecieron paradas. Fueron 15 días de huelga general que se saldaron con más de 25.000 trabajadores en huelga; unos 5.000 despidos y cientos de personas detenidas -y heridas-. Es el saldo que realiza echando la vista atrás el realizador Roi Cagiao que esta semana preestrena el documental "Vigo, 1972. A hora da verdade". El largometraje se presentará mañana -auditorio del Concello de Vigo a las 20.00 horas, solo con invitación-, coincidiendo con el 45 aniversario de la histórica huelga que acogió la ciudad.

En 1972, Vigo escribió su página en la historia de la lucha contra la dictadura. El detonante, el despido de cinco trabajadores que solicitaban una jornada laboral sin tanta carga horaria, concretamente, 44 horas. La cinta cuenta con testimonios de personas que lo vivieron en primera persona, así como de sindicalistas como Camilo Nogueira o la abogada laboralista Elvira Landín, además de Carlos Núñez, secretario del comité local del Partido Comunista entonces. Entre otros sindicalistas y voces masculinas, se incluyen las de las dirigentes sindicales de la empresa de cerámica Álvarez, Margarita Rodríguez y Pilar Pérez.

Aquellos hechos lograron convertir la ciudad en centro de atención a nivel estatal y europeo, "poniendo en jaque al régimen franquista y contribuyendo significativamente al desgaste y fin del régimen", según aseguran en la memoria del proyecto documental.

La historia, que cuenta el director Roi Cagiao, contó con la colaboración de la Deputación de Pontevedra, el Foro pola Memoria de Galicia, el Festival Primavera do Cine y Aerocámaras. También participaron la Asemblea Republicana de Vigo, la Unión Comarcal de Comisións Obreiras de Vigo y la Asociación Cultural Fuco Buxán.

"La huelga de Vigo del 72 forma parte del suconsciente colectivo de la sociedad viguesa y gallega y constituyó, junto con el 10 de marzo en Ferrol, el hito principal en la lucha del pueblo gallego por las libertades democráticas y los derechos sociales en el tramo final de la dictadura", explica el realizador. "La pertinencia de una obra audiovisual en formato documental sobre estos hechos se justifica por el interés histórico y social [...] Hoy en día tenemos la posibilidad de contar con testigos reales, aprovechando la experiencia en primera persona y acercando los acontecimientos con veracidad para que esta historia la conozcan las generaciones más jóvenes y la reconozcan las generaciones más mayores", aseguran. "El hecho de contar con la mayoría de protagonistas directos de la huelga constituye una fuente documental con considerable cantidad de material de archivo de diarios nacionales y extranjeros, emisiones televisivas, documentación fotográfica, octavillas", concluyen.