El Vaticano explicó ayer que prescindió de los servicios del primer revisor general de finanzas, Libero Milone, porque se extralimitó en sus funciones e investigó de forma ilegal la vida privada de algunos exponentes de la Santa Sede. De este modo el Vaticano salió al paso de la entrevista que el auditor ha concedido a varios medios y en la que dice que su dimisión, el pasado 19 de junio tras dos años en el cargo, se produjo bajo intimidación y amenazas de detención.

En un comunicado, la Santa Sede recuerda que, con la declaración de Milone, "queda quebrantado el acuerdo de mantener en secreto los motivos de su dimisión", por lo que ofrece su versión de los hechos. En este sentido recuerda que, en base a los estatutos, "la labor del revisor general es el de analizar los presupuestos y las cuentas de la Santa Sede y de sus administraciones". El Vaticano afirma que Milone se "excedió en sus competencias" por investigar a determinadas personas.

Milone presentó su dimisión al pontífice tras dos años al frente del órgano instituido por el Papa en 2014 para el análisis del balance económico y la revisión financiera de la Santa Sede.