Desde que en el año 2013 se detectase en el sur de la provincia de Pontevedra la primera palmera afectada por el picudo rojo, la plaga no ha dejado de expandirse y se ha convertido en un verdadero problema al que Xunta de Galicia y los concellos tratan de hacer frente para tratar de proteger este tipo de árboles. Algunos de ellos forman parte de formaciones emblemáticas o adornan parques o espacios públicos de gran importancia y corren el riesgo de desaparecer ante la voracidad de este insecto.

Para tratar de frenar el avance del picudo, así como para erradicar su presencia en aquellas zonas afectadas, la Xunta organiza las segundas jornadas técnicas sobre el picudo rojo que tendrán lugar el próximo jueves en el edificio de la Xunta en Pontevedra. En ellas intervendrán diversos expertos, entre ellos Antón Vázquez Caamaño, responsable del Servizo de Explotacións Agrarias de la Consellería de Medio Rural en Pontevedra, quien expondrá la situación actual de la plaga del picudo en Galicia.

Según explica a FARO el propio Antón Vázquez, pese a que "desde un primer momento la Xunta y los concellos se tomaron "muy en serio" la amenaza del picudo, "cada vez la plaga avanza más" y actualmente "toda la zona litoral de la provincia de Pontevedra está ya afectada e incluso algún concello del interior". Asegura este experto de Medio Rural que estos insectos ya se han detectado "en todos los ayuntamientos del litoral y también siguiendo la cuenca del Miño por los concellos ribereños como Tui, Salvaterra, Salceda o As Neves...". Vázquez explica que "la previsión es que se vaya introduciendo hacia el interior y, de hecho, ya apareció algún foco en O Carballiño, así como en el litoral sur de la provincia de A Coruña, concretamente en O Barbanza y en Noia".

Vázquez reconoce que no todos los concellos, algunos de los más pequeños quizá por falta de medios, no están aplicando tratamientos para proteger a sus palmeras del picudo; sí que la mayoría están tomando medidas para combatir a la voraz plaga: "Evidentemente es algo que sale caro y a veces en los últimos años era difícil para algunos ayuntamientos dedicar fondos a este asunto debido a la crisis".

Ejemplares emblemáticos

Con todo, sí hay interés por parte de los ayuntamientos en proteger sus palmeras, especialmente en aquellos puntos con ejemplares en espacios emblemáticos como puede ser el parque de "Las Palmeras" en Pontevedra. "Evidentemente sí que el de Las Palmeras en Pontevedra es uno de estos espacios a proteger, pero es que hay muchos: en la isla de La Toja hay un palmeral muy notable, así como en Cambados o en Vilagarcía, son muchos los espacios y entiendo que los ayuntamientos con este tipo de ejemplares más reconocidos o emblemáticos sí están tomando medidas de precaución".

Aunque la normativa en vigor obliga a los propietarios a adoptar las medidas de control "pertinentes en cada momento, es decir, bien sea de tratamiento si la palmera tiene curación, o bien de eliminación si ya no tiene solución, lo que sucede es que en muchos casos nos encontramos con dificultades por parte de los propietarios, dado que la mayoría son palmeras de dueños desconocidos, fincas abandonadas o de empresas ahora en quiebra, casos en los que no podemos actuar y hace difícil la protección al resto".

Dejaron de contar víctimas

Antón Vázquez reconoce que a día de hoy es ya "muy difícil" el número de palmeras destruidas por el picudo desde el inicio de la plaga puesto que "se amplió tanto la zona como el número de plantas afectadas que tuvimos que dejar de contar". Pero a modo ilustrativo, señala que las últimas estimaciones que tenían cuando todavía llevaban un recuento indicaban que "iban ya más de 500 plantas muertas en las distintas zonas". Las más afectadas serían el Val Miñor, Baixo Miño y Vigo.