Lisboa acoge esta semana una reunión mundial de expertos sobre alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas, la Global Summit Alzheimer's Research & Care. En ella un grupo español que forma parte del Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas (CIEN) y la Fundación Reina Sofía presenta hoy los resultados preliminares de una investigación que tiene como objetivo predecir la aparición de esta enfermedad. Se trata de un algoritmo con una fiabilidad del 94% y un modelo virtual de cerebro sano con fines de control.

A lo largo de cinco años los investigadores han estado recopilando datos sociodemográficos, clínicos, neurológico, neuropsicológicos y biológicos de más de 1.000 personas. Los han conjugado con trabajos de neuroimagen, primordiales para valorar los cambios que se producen en la morfología del cerebro a lo largo de la vida y que están asociados a las enfermedades neurodegenerativas.

"Se basa en una batería de test que se combinan con una parte de neuroimagen estructural -varias modalidades de resonancia magnética-, esta unión es lo que al final va a dar los posibles datos que se introducen en el algoritmo para la predicción", explica el director científico de la Fundación CIEN y CIBERNED, Jesús Ávila.

Todo este compendio ha servido para identificar variables de conversión entre un cerebro sano y otro afectado por el deterioro cognitivo.

Se trata de un avance con una clara aplicación terapéutica: los tratamientos de las demencias son más efectivos cuando comienzan antes de que se verifiquen el deterioro cognitivo y los síntomas clínicos generados por el daño neurológico. "El objetivo es identificar la enfermedad lo antes posible", incide Ávila, quien se muestra cauteloso y asegura que estos primeros resultados "son preliminares", porque se debe ampliar el grupo de estudio para saber si el algoritmo es reproducible. "Pero es novedoso y original", apunta.

La otra novedad en la presentación es el denominado "Vallecas Brain" (el centro de investigación está radicado en este municipio madrileño). Se trata de un modelo obtenido a partir de la resonancia magnética de los más de mil voluntarios sanos. Este sirve como elemento de control: se contrastan las resonancias magnéticas de los individuos con el modelo y así se pueden identificar anomalías propias de las primeras fases del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas, que en muchas ocasiones pasan desapercibidas.

El estudio

Los individuos que han participado de manera voluntaria (1.213) en el estudio tenían una edad de entre 70 y 85 años y estaban sanos. Se recopilaron todo tipo de datos personales: sexo, nivel educativo, estado civil, número de hijos, tipo y cantidad de ingresos económicos, etc., y se les realizó anualmente un test sobre su calidad de vida y bienestar subjetivo (movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas...) a lo largo de cinco años. Además, se sometieron a exploraciones neuropsicológicas, estudios de neuroimágenes y otros test.