Nació el pasado 31 de agosto y viene al mundo sin el gen BRCA1. La naturaleza se empeñaba en que lo tuviera. Su madre lo porta, y varios de sus antepasados también. Pero la transmisión del gen, responsable de muchos cánceres de mama y ovario hereditarios, se ha cortado. El Diagnóstico Genético Preimplantación (DGP), una técnica de reproducción asistida en la que se realiza una selección de embriones libres de esta mutación y que posteriormente se transfieren al útero, ha permitido que la pequeña naciese sin el BRCA1 y que, en el futuro, su descendencia tampoco tenga que vivir con esa espada de Damocles.

Sí la tiene su madre, una coruñesa que media la treintena y que fue tratada en la Unidad de Reproducción Asistida Grupo Ron del Hospital Quirónsalud de A Coruña. El jefe de dicha unidad, Roque Devesa, explica que este es el quinto caso de bebés nacidos en España libres de esa mutación hereditaria. "La madre, portadora de esta mutación, fue diagnosticada en 2012, a los 29 años, de un cáncer de mama y se sometió, antes de recibir tratamiento de quimioterapia, a una vitrificación de ovocitos para así poder preservar su fertilidad. Ya que la quimioterapia puede dañar de manera irreversible los ovarios, la vitrificación de ovocitos, permite extraer y congelar varios óvulos para un tratamiento futuro", apunta el doctor Devesa.

En el año 2015, una vez superada la enfermedad, la paciente decidió someterse a tratamiento de reproducción asistida, pero no quería que su futura descendencia portase esta mutación. La Ley de Reproducción Asistida autoriza la selección genética de embriones para determinadas enfermedades de forma directa, pero en los casos más complejos, como el cáncer, la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida (CNRA) tiene que autorizar la técnica.

Con el alumbramiento de esta pequeña, son ya cinco los bebés nacidos en España sin esta predisposición.