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Una actividad lúdica de mucho provecho

El canto, un socio para proteger la salud

La acción de cantar proporciona beneficios físicos y emocionales, desde ejercitar la memoria a prevenir la depresión

José Luis Lago, delegado de Alborada. // C.G.

Los cantos de guerra para infundir valor al batallón, los gregorianos para que el alma se acerque a Dios, los escolares para memorizar la lección. La voz es el instrumento musical más primitivo del ser humano y sin importar la finalidad con la que se use y la destreza con la que se desarrolle, lo cierto es que tanto la experiencia como la ciencia han demostrado sus beneficios emocionales y físicos, algunos tan asombrosos como hacer que un paciente de alzhéimer recupere, aunque sea momentáneamente, la memoria.

Hace tan solo unos meses un vídeo de un enfermo de alzhéimer se dio la vuelta al mundo. En él se ve como el hombre, sentado de copiloto junto a su hijo, vuelve a recordar quién es gracias a una canción. "Todas las personas vinculamos las canciones a un recuerdo, así que las canciones y cantar estimulan la memoria y también ayudan a interactuar porque el enfermo, que está alejado el mundo, se conecta con los de alrededor", explica Patricia Blanco, profesora de canto y coordinadora del servicio de psicología del Conservatorio Superior de Música de Vigo. "Lo que tiene la voz y el canto es que desde pequeños nuestras madres nos cantan, crecemos con canciones, es música que llega muy fácil y que recordamos", añade.

Cuando se desempeña la acción de cantar se está creando música, y esto requiere de diferentes partes del cerebro que se ejercitan de tal manera que ayudan a resolver ciertos trastornos, como las afasias o problemas relacionados con el lenguaje. Además, hay estudios que lo relacionan con la bajada de la presión arterial y el tratamiento de la ansiedad y el estrés, lo que fortalece el sistema inmunitario.

La revista Journal of Voice publicó un estudio en el que revelaba que cantar previene el envejecimiento de la voz. La de Marina Vieitez suena aguda, quebrada. Una de sus cuerdas vocales está paralizada y cuenta que las afonías eran habituales hasta que comenzó en el coro Enarmonía de Vigo hace cuatro años. Recuerda que "como tenía el problema en la voz no quería ir" porque pensó "que no iba a cantar mucho", pero asegura que le hizo "mucho bien". Los ejercicios de voz y respiración mantienen sus cuerdas en forma y la afonía no ha vuelto a aparecer.

Su compañera, María Eugenia Sevillano, corrobora la evolución en la voz de Vieitez y añade que en su caso ha mejorado la capacidad pulmonar: "Antes me ahogaba mucho, me costaba hacer cosas, pero ahora muy bien, solo puedo decir cosas buenas". Además, destaca el hecho de que haya dejado de roncar, pues según indica, "fue casi de inmediato".

Blanco explica que los cantantes, aunque sean amateurs, son más conscientes de sus cuerpos, con lo que mejoran no solo el control respiratorio y la capacidad pulmonar, sino también la postura. Estos aspectos hacen recomendable el canto también para los asmáticos.

Hay un beneficio socialmente conocido y reconocido del canto: "Quien canta, sus males espanta". Blanco considera "innegable" la capacidad del canto para aumentar el bienestar. Se segrega endorfina y oxitocina, hormonas responsables del bienestar y la felicidad, lo que provoca una sensación placentera. "Por eso los coros triunfan tanto en Vigo", bromea la profesora.

Rosa Domínguez lo experimentó hace tres años, el tiempo que lleva vinculada a la Coral Alborada de Cabral. Cuenta que por entonces estaba atravesando un problema personal en el que se encontraba "muy mal", "sin ganas de nada" y por ello estaba acudiendo a un psicólogo. Asegura que en la coral encontró "la mejor terapia emocional": "Te ves con los compañeros, que son todos maravillosos, empiezas a hablar de tus cosas, son de tu edad y vives cosas parecidas, experiencias". Tal fue su mejoría que se decidió a dejar el psicólogo: "Encontré gente que me hace sentir bien y juntos nos reímos de la vida".

El delegado de la Coral, José Luis Lago, asegura que en 20 años en esta agrupación ha visto a sus miembros superar las situaciones más dolorosas por el apoyo que se dan unos a otros. "No hay cursillo ni terapia tan buena como esta, nosotros fuimos a buscar a muchos vecinos a sus casas porque sabíamos que estaban mal y aquí ves como mejoran, los compañeros son muy importantes".

Lo corrobora otra de sus componentes, María Teresa Limen, quien encontró en esta actividad "una salvación". "Tenía una depresión muy grande y al principio no quería ir, pero me decidí a probar y me enganchó desde el primer día". A la liberación de emociones a través del canto añade "que sales de casa, hablas con gente, tienes eventos y viajes" y esto le proporciona una gran satisfacción.

La cohesión social y el compañerismo que se vive en las agrupaciones son un refuerzo para el ánimo de sus miembros. Blanco recuerda que los componentes no solo aumentan su sociabilidad, sino también su autoestima: "En un coro todos los miembros son importantes, cada uno cumple una función". Así, la depresión puede encontrar su cura en el canto.

Marina Guerrero comenzó a cantar muy joven y cuenta que cuando llegaba cansada de trabajar, solo quería ir a cantar. "Ir a ensayar dos días por semana requiere de un esfuerzo, un compromiso, pero si te gusta es al revés, estás deseando ir", asevera esta mujer que, tras perder parte de su visión, pasó a formar parte del coro de la ONCE en Vigo donde asegura que encuentra "el estímulo" que necesita y le ayuda a mantener independencia y relaciones sociales por igual: "Es bueno para la mente porque tienes que memorizar las canciones, pero también porque haces amigos y estás activo; es estupendo y muy recomendable".

Una actividad idónea para los niños

  • Los coros infantiles son muy populares en otros países, no así en España. Sin embargo, la experta Patricia Blanco resalta los beneficios que puede tener cantar también para los más pequeños. "La música libera las emociones, más cuando le añades la voz, porque expresas a través de la letra de una canción, es un ejercicio muy bueno para que aprendan a controlar lo que sienten y a decirlo", comenta. Especialmente puede ser eficaz en los niños más tímidos, pues además de encontrar un canal de expresión comparten una experiencia grupal. Blanco señala que en la etapa egocéntrica de los menores la participación en un coro puede atajar ese comportamiento, pues el éxito del grupo proviene de la cohesión y la solidaridad: "Solo funciona si hay espíritu de grupo, se va a dar cuenta de que tiene que relacionarse con los demás y ceder para que salga bien". La disciplina y concentración que requiere el canto coral, así como la memorización son otros factores que le beneficiarán.

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