Los científicos han considerado la capacidad de reconocer de manera innata caras de las personas y otros primates, algo que el cerebro humano sabe hacer inmediatamente desde el nacimiento. Sin embargo, los hallazgos de un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, publicado este lunes en la revista Nature Neuroscience, ponen en duda esta visión.

Trabajando con macacos temporalmente privados de ver caras mientras crecieron, un equipo de la Escuela de Medicina de Harvard ha encontrado que las regiones del cerebro que son clave para el reconocimiento facial solo se forman a través de la experiencia y están ausentes en primates que no se topan con rostros mientras crecen.

El hallazgo, según los investigadores, arroja luz sobre una serie de enfermedades de desarrollo neurológico, incluyendo aquellas en las que las personas no pueden distinguir entre caras diferentes o el autismo, marcadas por la aversión a mirar caras. Sin embargo, lo más importante del estudio es que subraya el papel formativo crítico de las primeras experiencias sobre el desarrollo sensorial y cognitivo normal.