Para el cumplimiento del Plan de Prevención del Suicidio en Galicia, sobre cuya dotación todavía no se ha expresado públicamente la administración gallega, se pondrán en marcha distintas líneas estratégicas.

La primera pasa por coordinar las instituciones ante la conducta suicida, seguida de la sensibilización y disminución del estigma asociado a ella; prevención y abordaje; limitación de acceso a medios letales; formación de profesionales en prevención e intervención; terapéutica con los familiares supervivientes del suicida; y, finalmente, investigación y alerta epidemiológica.

A su vez estas siete líneas estratégicas incluyen 37 medidas de actuación, que van desde el modelo de prevención en educación a las campañas de concienciación en los medios, detección de puntos negros donde se produzcan estos hechos, el control de fármacos, la profesionalización (de sanitarios, docentes, agentes sociales, talleres a medios de comunicación etc) o ayudar a las familias a elaborar el duelo.

El plan se propone capacitar a los agentes de las fuerzas de seguridad y de primera intervención en el manejo de intentos de suicidio y en general trasladar a otros agentes sociales como asociaciones, empresas o sindicatos las claves para la identificación de factores de riesgo, precipitantes y señales de alerta de una muerte autoinfringida.