-Si le digo el nombre Gena Rowlands, ¿qué me responde?

-Es mi actriz favorita y una de las mejores de la historia. Fascinante el trabajo de construcción de esos personajes de mujeres que hacía. Cada vez que la veo descubro algo nuevo.

-¿Cuál es el cine que le gusta ver?

-Depende del día. Pero el que prefiero es el de autor más raro y difícil, ese que a la gente le parece más denso y lento. Es el que me descubre cosas que no había visto antes.

-La secuencia de sexo en "Pozoamargo" (Enrique Rivero, 2015), ¿es la más difícil que ha rodado?

-La más dura, por lo que le pasa emocionalmente a mi personaje, está en la nueva película de Carlos Vermut, "¿Quién te cantará?", que se estrenará en 2018. A nivel técnico, "No dormirás" está siendo la más difícil. La secuencia de "Pozoamargo" no fue dura porque nos cuidaron muchísimo y nada es verdad, es la magia del cine. Eso sí, en realidad después de ella ya no me da vergüenza nada.

-¿Qué tiene su personaje de Cecilia en No dormirás distinto respecto a los anteriores?

-La Cecilia del final de la película no tiene nada que ver con la del principio. Es muy poliédrico, en ella nada es lo que parece.

-¿Cómo se mete uno en la piel de un personaje que lleva 107 horas sin dormir?

-Lo máximo que he estado en la vida real son 24 horas. Y entré en una energía muy extraña, a mí me daba por reírme. Pero esta gente de "No dormirás" están en el siguiente nivel. Existe un enfermedad letal relacionada con el insomnio. A mí, pensar en eso, me da mucho miedo y agobio. Para saber lo que puede pasar hay que ver la película.

-También es su primer personaje en que habla con acento argentino.

-Suelo hacer bromas haciéndome pasar por argentina y antes de viajar al país estaba súper cómoda y segura. Pero fue llegar al país y darme mucho miedo. Me han ayudado mucho.

-¿Está reforzando el inglés para dar el salto internacional?

-Me encantaría. El premio al nuevo talento europeo en la Berlinale en 2015 me puso en esa necesidad. Mejoro mi inglés, pero no es algo que me obsesiona. A pesar de los reconocimientos que he recibido, mi carrera es muy corta, soy muy joven y tengo muchas cosas por aprender.

-¿Elige los papeles que hace?

-Sí, tengo esa suerte. Pero pasé una época, de los 15 a los 23 años, en que iba de casting en casting sin mucho éxito, hasta que David Trueba me eligió para Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013). Se lo debo todo a él. Después de esa película siempre he tenido muy claro que las cosas que he hecho ha sido porque he querido, siempre he elegido.

-Sus películas son muy diferentes unas de otras.

-Así es como más se aprende. Soy un poco masoquista en eso, me gusta pasar miedo en cada personaje que elijo, el vértigo, sentir que hay cosas que no controlo, esa es la magia de la actuación.

-¿Siente que está todavía en periodo de formación a pesar de su prestigio?

-Un actor se forma siempre. Somos como los médicos. Trabajas con la vida y la vida cambia.

-¿Qué cine no ha hecho y le gustaría hacer?

-Tengo muchas ganas de cantar. Fue lo primero que estudié y quiero que se me quite la vergüenza que me da. Un musical me gustaría, sí. Mi personaje favorito es Sally Bowles, de la obra "Cabaret." Me gustaría hacer algún día ese personaje. También me gustan mucho las películas de acción, como las de Luc Besson. Me encantaría ser una de esas heroínas justicieras.

-¿Qué es lo más raro que ha hecho para preparar un personaje?

-A la hora de construir mis personajes me gusta observar a las personas. Voy a sitios donde pasa mucha gente y a veces he seguido a personas que me han llamado la atención. Una vez, una chica se giró y me preguntó si me pasaba algo.

-¿Cuál es el personaje más raro que ha interpretado?

-Hasta ahora ninguno, creo. La Natalia de "Kiki, el amor se hace" (Paco León, 2016) tiene esa filia sexual, que le gustaba ser asaltada o robada con violencia, pero no me parece una chica excéntrica. Todos tenemos un punto raro.

-"Creo que el cine gana cuando se le da más espacio a las mujeres", afirmó al recoger su último Goya.

-El mundo gana. El cine es un espejo de la sociedad. Somos muchas mujeres y tenemos que ser iguales. Cuesta mucho encontrar personajes que se salgan del estereotipo. Por no hablar de los sueldos. Todos venimos de una mujer. Hay que cuidarnos, somos las diosas que hay en la Tierra.

-¿Con qué director o directora sueña para hacer una película, español o internacional?

-Soy muy supersticiosa. Hasta hoy nunca lo he dicho y me han llamado. Me pasó con Paco León, Carlos Vermut? Sí puedo decir que lo que me gustaría es repetir con todos.

-¿Siente que la Academia del Cine representa bien al conjunto de la profesión?

-Se está abriendo. Están invitando a mucha gente joven. Este año habrá representación de toda esa nueva generación. Aunque es verdad que los jóvenes tenemos un muro grande en todo, he recibido guiones fascinantes que no hay forma de levantarlos porque es gente novel. Hay que arriesgar. Es ley de vida. El que arriesga, gana.

-De la mano del productor Adrián Guerra, trabajó hace tres años en Cómo sobrevivir a una despedida (Manuela Moreno, 2015). ¿Qué recuerdo conserva de aquel rodaje?

-Me quedo con la ilusión que tenía la gente por que se vinieran a rodar películas a las islas Canarias. Hoy Canarias está considerada un plató fantástico. Hay gente en el equipo de "No dormirás" que estaban en aquella película. Ha sido un reencuentro bonito.