La ermita de San Martiño y el Castro do Picón gozarán de la máxima protección cultural de la Xunta: Bien de Interés Cultural (BIC). La Consellería de Cultura ha incoado un expediente para ampliar la delimitación de la superficie protegida de los Muíños do Folón y do Picón en O Rosal. Estos bienes ya fueron declarados BIC, con categoría de lugar de interés etnográfico, en 1998. La Xunta considera que, a la vista de la información disponible, el ámbito de protección integral actual del conjunto etnográfico no recogía la totalidad de los molinos, un total de 77 (36 en el Folón y 31 en el Picón). Por lo tanto, se propone incluir en la delimitación a totalidad del sistema.

La intención del departamento de Cultura del gobierno autonómicos es ahora proteger la citada ermita y los caminos tradicionales, en especial el de San Martiño -en el que aún se conserva algún 'pousadoiro' y marcas de 'rodeiras' de carro en la piedra-. Asimismo, son partes integrantes del expediente los caminos de Martiño y Cereixeira, que deben ser conservados en su funcionalidad y localización.

Los molinos del Folón eran conocidos históricamente por la denominación de Riobó, nombre empleado para el río Folón o San Martiño, y tienen su origen cuando menos el siglo XVII, con la implantación y generalización de cultivo del maíz. Los molinos del Picón, situados más hacia el este, se alimentaban de las aguas de recogida de varios arroyos y fuentes, en especial del que adopta la denominación del arroyo de Cal, en el lugar denominado O Nivel, y tienen un número y disposición semejante, si bien su funcionamiento está condicionado por la periodicidad de los usos y caudales.

Estos molinos tenían la función principal de la molienda de maíz, trigo y centeno, aunque excepcionalmente está acreditado el uso para moler mineral, por lo que mantuvieron el uso incluso mediados del siglo XX, cuando se produjo casi su total abandono.