Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las dos caras de decorarse el cuerpo

Los tatuajes, una moda con riesgos

La hepatitis C y el sida son algunas de las consecuencias más graves que puede tener dibujarse la piel - Los dermatólogos gallegos aconsejan acudir a tatuadores expertos

Un hombre, haciéndose un tatuaje.

Los tatuajes son un elemento estético en auge. Cada vez son más quienes se ponen bajo la aguja del tatuador para decorarse brazos, antebrazos, piernas, cuello... con tatuajes cada vez mayores y más coloridos. Vérselos a personajes públicos como deportistas, actores y cantantes, así como la posibilidad de eliminarlos en un futuro anima a muchos a sumarse a esta tendencia. Sin embargo, quien se esté planteando hacerse un tatuaje tiene que saber que su eliminación no es tan rápida ni sencilla y que siempre cabe la posibilidad de que quede alguna huella del viejo tatuaje.

Lo primero que tiene que tener en cuenta es que un tatuaje es una agresión para la piel. "Lo es para la piel y para el organismo, ya que puncionamos la piel e introducimos una sustancia extraña que va a producir una reacción del organismo inflamatoria e inmunológica, además de abrir una puerta de entrada a una posible infección", advierte el doctor Hugo A. Vázquez Veiga, presidente de la Sección Gallega de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y jefe de servicio de Dermatología del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Entre estas infecciones se encuentran la hepatitis B, la hepatitis C y el VIH.

En caso de decidir hacerse un tatuaje, hay que buscar un establecimiento de confianza, ya que escoger un tatuador inexperto, hacerlo en centros no especializados con profesionales no reconocidos, en locales no adecuados o que empleen pigmentos no autorizados y materiales no estériles puede conllevar serios problemas de salud.

"Esto nos puede llevar a infecciones, cicatrices patológicas, reacciones alérgicas, generalmente de contacto al pigmento, desencadenar un brote de psoriasis, eczema, etcétera", añade el presidente de los dermatólogos gallegos. Entre las infecciones se encuentran enfermedades como la hepatitis B, la hepatitis C y el VIH.

Especialmente cuidado ha de ser quien tenga lunares. "No debemos tatuar los lunares ni zonas con muchos lunares, ya que podemos estar tatuando un melanoma o un carcinoma basocelular pigmentado, o sea, un lunar maligno o un lunar normal, ya que si este lunar normal, después de tatuado, sufre cambios va a ser muy difícil apreciarlos y cuando lo hagamos puede ser ya muy tarde", advierte.

Si es donante, no podrá hacerlo durante entre seis y doce meses para evitar poder transmitir alguna enfermedad o infección sanguínea. "No se debe por el periodo 'ventana' del virus del VIH, que puede no dar positiva la serología hasta ese tiempo, pese a tener el virus", explica.

La incompatibilidad con la epidural parece no ser tan insalvable. "Haciendo una incisión en la parte del tatuaje donde hay que introducir la aguja, con un punch, de 1 a 1,5 mm de diámetro hasta la grasa subcutánea, para a través de este orificio introducir la aguja de punción para inyectar el anestésico, este posible riesgo quedaría eliminado", dice.

Aunque no todas las tintas las contienen, si el tatuaje está hecho con tintas con sales metálicas, esto hace inviable pruebas diagnósticas como la resonancia magnética. "Si no hay trazos de metales este riesgo no existiría, pero ante la duda (en ocasiones se han encontrado pigmentos adulterados), mejor sería enfriar la zona del tatuaje y sobre todo en grandes áreas tatuadas, extremar los cuidados nunca está de más", opina el doctor Vázquez, que añade que un tatuaje ha de ser una decisión siempre muy meditada .

"El hecho de ponerse una marca definitiva en la piel por motivos estéticos, afectivos, tribales, sociales... es una decisión que a priori no tiene una fácil marcha atrás, así que debe ser una decisión pensada y meditada, y para mí, nunca debería hacerse antes de la mayoría de edad", argumenta el especialista.

Hugo Vázquez Veiga - Dermatólogo

"Ponerse una marca definitiva en la piel no tiene, a priori, una fácil marcha atrás"

Vazquez: "Seis de cada diez tatuados se arrepienten"

  • El presidente de la Sección Gallega de la AEDV reconoce que a los dermatólogos gallegos les preocupa la cantidad de pigmentos que se introducen en el organismo porque no se conoce a ciencia cierta qué puede llegar a producir. "Y cuanto mayor sea la superficie, más pigmento y más preocupación para el dermatólogo", afirma el especialista gallego, que insiste en la importancia de sopesar los pros y los contras de tatuarse. "Antes de los cinco años, seis de cada diez tatuados está arrepentido y un porcentaje desconocido los camufla con un tatuaje más grande y oscuro", sostiene. Para eliminar un tatuaje, hay que ser igualmente cuidadoso y acudir a un especialista en Dermatología Médico Quirúrgica o a un especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Se trata de una tarea lenta y costosa por la cantidad de sesiones que requiere y cuyos resultados no siempre son cien por cien efectivo, ya que hay colores, como el amarillo y los verdes, muy difíciles de borrar. "Para eliminar un tatuaje hay que pensar en utilizar un láser Q-Switched de nano o, mejor, picosegundos, una sesión entre uno y tres meses de separación. De esa manera en un tatuaje pequeño necesitaríamos un año, en uno mediano entre uno y dos años y en uno grande entre dos y tres años, pudiendo quedar en ocasiones vestigios de que allí hubo un tatuaje", explica. Una alternativa que se está imponiendo entre quienes quieren decorarse la piel pero tienen miedo del tatuaje definitivo es el temporal que, según el doctor Vázquez, no lo son tanto. "Se utilizaron tatuajes que se vendían como temporales, prometiendo que las tintas desaparecían en un máximo de dos años y lo que desaparecía eran las formas y los colores iniciales y dejaban manchas inestéticas para toda la vida", afirma. Y también tienen sus riegos. "Los temporales actuales pueden contener henna negra, un producto natural vegetal que como mucho produce reacciones irritativas, pero a la que añaden otras sustancias como la parafenilenodiamina, la sustancia que más comúnmente se usa en los tintes del pelo, a una concentración no superior al 2%, y que en la henna negra es entre el 15 y el 20%. Su capacidad de producir a esa concentración eczema de contacto es altísima, pudiendo dar lugar a reacciones de tal calibre, en casos excepcionales, que sus cicatrices recordarán el dibujo del tatuaje toda la vida", dice.

Compartir el artículo

stats