-Dani Mateo y usted están acusados de un supuesto delito contra los sentimientos religiosos por un chiste sobre el Valle de los Caídos. ¿Le sorprendió la querella?

-Esto es otro ejemplo de cómo funciona este país y de cómo te quieren hacer callar porque el juez que lo lleva lo desestimó en su momento, pero una autoridad superior le obligó a reabrirlo. Ahora lo han llevado [la Asociación en Defensa del Valle de los Caídos] por ofensa al sentimiento religioso cuando de lo que se hablaba era de una cuestión política. No se está hablando del Valle de los Caídos como templo ni como referencia espiritual, sino como un referente claro de lo que fue el fascismo en España y la dictadura. Nada más. No tiene nada que ver con la religión. ¿Hay una cruz? Eso es anecdótico. Podía haber un águila bicéfala o una cruz gamada. Pero es la única manera de callar una opinión sin atentar contra la libertad de expresión.

-Hay cómicos que hablan de censura y hasta de autocensura...

-Esa es una cuestión personal. Lo que es triste es que aún estas cosas tengan ese peso. Yo estuve en la casa de verano de Hitler en los Alpes alemanes, donde han hecho un centro de interpretación del nacionalsocialismo, y estaba lleno de gente, turistas y alemanes, visitándolo con mucho respeto. Esto aquí es impensable y me parece muy triste, pero yo no me voy a autocensurar. Yo seguiré diciendo lo que pienso en cada momento.