El británico Chris Gard, padre del bebé en estado terminal Charlie Gard, lamentó ayer el "muchísimo tiempo malgastado" en el caso del pequeño hasta llegar a un "punto de no retorno" para él. En un comunicado leído a las afueras del Tribunal Superior de Londres, Gard señaló que él y su pareja, Connie Yates, han decidido abandonar la lucha legal que mantenían con el hospital londinense Great Ormond Street al considerar que "ahora la perspectiva de obtener mejorías son demasiado bajas" para el bebé.

Charlie Gard, de 11 meses, padece síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extraño desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo de dar energía a los músculos. El hospital aboga por desconectar las máquinas que lo mantienen con vida para que pueda morir con dignidad, mientras que sus padres pretendían someterle a un tratamiento experimental en EE UU.

Gard consideró que "se ha malgastado muchísimo tiempo" con su hijo, pues "si se le he hubiera aplicado el tratamiento antes, habría tenido el potencial de ser un niñito normal y sano", explicó. "Tuvimos la oportunidad pero no nos permitieron dártela", leyó Gard dirigiéndose a su bebé.