Se describe como un "homínido medio que logra ganarse la vida dibujando". Crítico por naturaleza, Miguel Brieva presentó en Valencia su último libro, una enciclopedia satírica sobre la historia de la humanidad.
- Presenta un ensayo sobre la humanidad, una tarea un poco ambiciosa.
-Siempre he tenido el deseo de entender la realidad. Desde que soy muy pequeño tengo la impresiónde que todo está mal y le he ido dando sentido con los años. Ahora, a esta edad, me veía capaz de hacer esta temeridad y hablar de la humanidad, aunque sea de forma satírica.
- Elige un formato poco común que entremezcla dibujo, poesía, texto?
-Quería que reflejara cómo soy yo y que se asemejara a una enciclopedia. Abordar un tema como la historia de la humanidad requiere un formato parecido a un manual. El libro es una imitación a los que existían cuando yo era pequeño y recupera esa visión que se tenía entonces de la humanidad como algo épico. 'Somos la leche, vamos a llegar a los planetas'.
- ¿Ya no se tiene?
-En general no, abunda más lo inquietante que lo esperanzador.
- En este trabajo recopila 10 años de trabajo y la experiencia de toda una vida, ¿a qué conclusiones ha llegado?
-A muchas, la humanidad da para mucho- bromea.Estamos en un atolladero histórico, un contraste entre un mundo a la deriva y su contrario. Colaboro mucho con ecologistas en acción y hay una apuesta por otros modelos de vida con mucho fundamento técnico y científico. He aprendido que lo más racional hoy en día se está haciendo desde el campo de la ecología.
- ¿Cómo es ese mundo a la deriva que menciona?
-Un mundo en el que ciencia y creatividad están hipotecadas, supeditadas a intereses empresariales y a la tecnología. Son las dos cosas que nos han definido como humanos, el debate objetividad y subjetividad, y ahora están vendidos a un modo de vida autodestructivo.
- ¿La tecnología, por qué supedita?
-Porque a día de hoy está idolatrada. Ahora todo se ampara en e dogma del crecimiento permanente como si fuera objetivo, pero es subjetivo. La tecnología entra al juego y nos desborda.
- ¿Son los nuevos mitos?
-Sí, a los que profesamos una fe desmedida. Desde la revolución industrial se proyecta que lo que nos hace humanos es la fabricación de herramientas para crecer, acumular, prosperar.
- ¿Estamos obsesionados con el crecimiento?
-Desde luego. Es una falacia, como la pila sacrificial de los mayas. Nos hemos inventado lo del crecimiento y en esa pila estamos quemando a la humanidad y las posibilidades futuras de que el planeta tenga capacidad para sustentarnos como especie. Nos enfrentamos, seriamente, a un problema de autoextinción de la especie humana.
- ¿Y la única salida es el ecologismo, como plantea en el libro?
-Las salidas ya no pasan por ideologías, pasan por cosas más urgentes como resolver problemas. Yo defiendo el ecofeminismo como solución porque ahora en el epicentro de la sociedad está la idea del valor y el crecimiento y creo que hay que sustituirlo por la idea de vida.
- ¿Hay mucha gente pensando en estos términos?
-Más de la que parece. Nos hacen pensar que tenemos que elegir entre "esto", que aunque esté mal lo conocemos, o "no se qué que no se sabe". Pero sobre ese "no se sabe" hay mucha gente pensando desde hace años, solo hace falta voluntad de la población por conocerlo, actuar y que las élites cambien.
- Es decir, defiende que el capitalismo no es tan realista.
-El capitalismo es el primer sistema utópico llevado a la realidad. Se fundamenta en una utopía de raíz, el crecimiento perpetuo en un mundo finito.
- ¿Y si es tan fácil de entender, porqué es tan difícil de cambiar?
-Entre lo confundidos que estamos, lo complejo que es todo, el esfuerzo que hay que hacer para entenderlo y que estamos constantemente rodeados de aparatos destinados a distraernos y de obligaciones de las que no puede huir... ¿cuándo tenemos un rato para mirar una pared y pensar?
- ¿Qué reflexión echa en falta?
-La urgencia. Estamos hablando de la supervivencia de la especie. Nos dicen que nos ocupemos del planeta por nuestros tataranietos pero no por nosotros. Quién te dice que dentro de diez años no tenemos que emigrar los españoles al norte de Europa por una sequía interminable.
- ¿Imagina un final feliz?
-El sistema económico lleva colapsando 40 años y solo se ha conseguido insuflar nueva vida gracias al descontrol financiero. Tenemos una terrible dependencia energética de fuentes baratas que se están terminando. Creo que asumiremos los límites humanos y planetarios y recuperaremos las escalas locales y un consumo diferente.
