Después de una jornada de juegos en el parque hay que volver a casa, pero ya no es necesario mancharlo todo. Desde hace meses, los perros de Navia lucen limpios y relucientes cuando toca recogerse. La hierba, el polvo, la tierra, o el barro en jornadas lluviosas se van por el desagüe de un lavamascotas, que la familia Santos abrió hace un año. "Vimos que en el sur de España se estilaba mucho esta idea y comprobamos que no había ninguno en Galicia, así que nos metimos de lleno en esta aventura", recuerda Ismael Santos. "Cuajó muy bien desde el principio, y fue un bombazo", asegura.

Alicia es la dueña de Leia, una dálmata que a sus manchas negras de serie, añade otras cuando sale a la calle, y éstas nada tienen que ver con la genética."Se nos ponen asquerositos de resina, de barro, y es una opción genial antes de ir a casa. Paras aquí diez minutos, la bañas y va para casa limpita. Antes entrabas con ella en el colo, directa a la bañera y era un incordio, porque te manchaba todo", confiesa Alicia. Ya le toca baño y Leia se lo toma con mucha tranquilidad. Hace calor y la ducha le refresca, aunque la fase final no le hace tanta gracia. "Leia el baño, bien, lo que no se toma tan bien es el secador". El sistema es sencillo y muy similar a los autolavados de coche. Dos euros permiten un servicio de cuatro minutos, tiempo que el usuario reparte a su antojo entre el agua con champú, el agua con suavizante, el aclarado y el secador.

Perros pasados por agua

Perros pasados por agua

Leia deja paso a Viernes, aunque antes la cubeta de baño se autohigieniza con un sistema automático. Es la primera vez que el perro de Paula sale de la bañera de su casa. "Ya es muy grande y se sacude mucho, por eso este sitio es genial", comenta. Viernes no protesta durante la ducha, así que su dueña se muestra sorprendida. "Yo pensaba que se iba a portar peor, y, no, muy bien, incluso con el secador, que en casa cuando toca secarle, no se deja", matiza.

Champú específico para los perros, agua templada, y un servicio disponible de ocho de la mañana a once de la noche durante los 365 días del año, que el vecindario de Navia, barrio familiar y con una alta población de mascotas, agradece. Y es que el autolavado no es monopolio de los perros. Por aquí también han pasado gatos y otros amigos de compañía del reino animal.