Además de la identificación y atención temprana del ictus, para reducir las tasas de mortalidad y discapacidad producidos por los accidentes cerebrovasculares es preciso que todos los pacientes sean tratados en unidades de ictus. En Galicia existen tres: Vigo, Santiago y A Coruña. La Federación Gallega de Daño Cerebral (FEGADACE), que engloba a las cinco asociaciones de daño cerebral de Galicia, también reivindica la ampliación de la aplicación ultravenosa del Activador Tisular de Plasminógeno (rtPA), que recuerda, tiene que ser empleado dentro de las 4,5 horas posteriores a la aparición del ictus. "Cuanto antes se aplique el tratamiento, más efectivo es: 'tiempo es cerebro'", afirman.

Para determinar cuáles son las necesidades reales de atención, "actualmente desbordadas por insuficientes", según Fegadace, esta organización puso en marcha el pasado año el estudio "Analizando el conocimiento del diagnóstico y recursos de las personas con daño cerebral adquirido (DCA), midiendo la cobertura de las necesidades del colectivo", que cuenta con la colaboración de la Sociedad Gallega de Neumología (SGN) y el apoyo de las fundaciones Barrié y Roviralta. Además de incrementar el conocimiento sobre los los servicios de atención al ictus para determinar las necesidades reales de los afectados, el estudio, que se encuentra en fase de recogida de datos, pretende servir de base para la elaboración de un estudio epidemiológico sobre el DCA, del que hasta la fecha se tienen datos aproximados de incidencia y prevalencia.