Un grupo de científicos de la Universidad de Harvard han introducido un vídeo en el ADN de una bacteria viva para recuperarlo después. El estudio, realizado en base a la nueva técnica popularmente conocida como " corta y pega genético", supone un avance en cuanto a métodos de almacenamiento de información digital y abre paso al material genético como fuente de depósito de dichos datos.

El estudio del científico Seth Shipman, de la Universidad de Hardvard, consistía en tomar un vídeo de un caballo galopando, fotografiado en 1872 por el británico Eadweard Muybridge, y transformar la información contenida en el mismo en un código molecular, que más tarde sería introducido en el cromosoma de un ser vivo. El proceso de recuperación consistía en realizar el mismo procedimiento en orden inverso: secuenciar el ADN del organismo elegido, encontrar el fragmento que contiene la información del vídeo, descodificarlo en números y reconvertirlo en píxeles.

Dicho procedimiento ha sido posible gracias a la técnica copia y pega CRISPR, de Emmanuelle Charpentier, francesa, y Jennifer Doudna, estadounidense. Ambas recibieron el premio Princesa de Asturias de Investigación y su hallazgo fue catalogado por la revista Science como el descubrimiento científico del año.

En la práctica, el proceso se organiza en diferentes fases. La primera, es obtener el vídeo y reducirlo a código numérico mediante los píxeles que constituyen los fotogramas del mismo. Lo siguiente es transformar estas cifras en letras siguiendo el orden del código genético, es decir, combinando las cuatro moléculas del ADN: adenina (A), citosina (C), la guanina (G) y timina (T). La secuencia, obtenida mediante ciertos ingredientes y técnicas realizadas en el laboratorio- como la copia y pega- será trasladada al cromosoma de la bacteria en cuestión.

José Manuel Castro Tobío, biólogo gallego experto en genómica del cáncer, resalta la importancia del estudio. "Aparte de lo interesante y extraño que pueda parecer el acopiar un vídeo en la molécula de una bacteria, el sistema de almacenamiento es en sí mismo es impresionante y puede durar toda la vida. Puedes extraer una molécula de ADN, guardarla en un congelador y conservarla para siempre".

El biólogo gallego indica las ventajas de introducir información en un organismo vivo. La principal, es que hoy en día "es la fuente de almacenamiento de información con mayor potencial que se conoce". Destaca que es un método que puede durar toda la vida, dado que las bacterias se reproducen, con lo cual "si en un grupo de bacterias hay una mutación que cambia una letra, comparando con el resto de bacterias puedes saber el cambio que se ha producido, puedes buscar consenso".

Aplicación incierta

Además, afirma que en la actualidad "podemos meter en un tubo de ensayo toda la información digital que existe en el mundo" y resalta los avances que los científicos han hecho en este campo. "Hoy en día tenemos la capacidad para leer estas frecuencias, y cada vez se hace más rápido. El genoma humano tardó más de 10 años en secuenciarse, y hoy en día podemos secuenciar un genoma completo en menos 4 horas", apunta.

El experto en genética afirma que el concepto del estudio es interesante, pero no cree pueda ser llevado a la práctica : "Nos encontramos con un problema, y es que estamos creando una cantidad de información que no sabemos donde almacenarla. El concepto es interesante, pero la aplicación real que esto pueda tener más allá del almacenamiento digital no sé si será muy rentable o muy efectivo" destaca.