Los menores siguen siendo el colectivo más vulnerable por parte de los ciberdelincuentes, especialmente de los pedófilos y pederastas. Mientras que el porcentaje de casos resueltos en otras figuras delictivas como las estafas no es más elevado, las Fuerzas de Seguridad centran sus esfuerzos en la resolución de aquellos delitos más graves y que priorizan como pueden ser los que atentan contra la libertad e indemnidad sexual de los menores.
De hecho, tras las amenazas (con 16 investigados), los delitos de pornografía infantil fueron los que sumaron un mayor número de detenidos e imputados por parte de las Fuerzas de Seguridad en la provincia, un total de 12, de los 86 investigados por ciberdelitos en la provincia.
Además, la diferencia entre hechos conocidos y esclarecidos no es tan grande como puede ocurrir con las estafas, dado que se resolvieron por ejemplo 7 de los 8 asuntos vinculados a la pornografía infantil investigados así como la totalidad de los casos de corrupción de menores o discapacitados. De los 9 hechos denunciados de contacto mediante tecnología con menor de 16 años con fines sexuales se resolvieron 5, una figura delictiva que también creció el pasado año, dado que en 2015 se registraron 4 casos frente a los 9 ya citados de 2016.
Supervisar el uso de la red
Según las estadísticas de Interior, el pasado año fueron un total de 12 los menores víctimas de delitos telemáticos de carácter sexual en la provincia. Entre los imputados también hubo 4 menores, dos por delitos sexuales, otro más por coacciones y el último por amenazas. De ahí que las fuerzas de seguridad insistan en la necesidad de supervisar los lugares que frecuentan los menores en la red, así como con quien contactan a través de las redes sociales o por otros medios.
