La historia de Billy Elliot, el protagonista de la película británica que narraba la historia de un niño que quería bailar y convertirse en un profesional de la danza, no dista demasiado de la de Hernán Sío. Aunque nuestro protagonista fue más prematuro. Con dos años ya imitaba a su hermana, también gimnasta, en la alfombra de casa, y ya con tres dio el salto al tapiz. "Veía a mi hermana en el pabellón y me gustaba", confiesa el pequeño Hernán. Su entrenadora del Club Ximnasia Porriño, Rebeca Román, le vio madera y le animó a unirse. "Nos faltaba un miembro para un conjunto y, con su actitud y sus ganas, no nos lo pensamos dos veces", recuerda.

Con respecto a su homólogo cinematográfico, reconoce las similitudes "mis padres me dicen que me parezco a Billy Elliot", una película que le gustó mucho, sobre todo porque el protagonista "lucha por su pasión", algo que también comparte Hernán, cuyo parecido físico con el actor británico Jamie Bell es bastante notable.

Y con esa misma pasión practica Hernán la gimnasia rítmica. Fue el primer deportista chico de su categoría, pero nunca se sintió diferente. "A mí me da igual, porque lo que me importa es disfrutar", algo de lo que se preocupan siempre sus padres. "Es un niño que antes se ponía muy nervioso en competición, hasta tal punto que sus padres le dijeron que si lo iba a pasar mal que lo dejase", apunta su entrenadora.

A diferencia de Elliot, el pequeño gimnasta siempre tuvo el apoyo de sus progenitores. "Me dicen que haga lo que me gusta", asegura Hernán, que ya suma seis años en la práctica de la rítmica. Primero empezó en grupo, pero desde hace dos años lo hace a nivel individual. Y aquí viene otra similitud con el personaje de la película. El ballet ha entrado en su vida, y es que, según su entrenadora "es la base de la gimnasia, así que combinando el ballet, la rítmica y el trabajo diario, puede ir mejorando mucho".

De momento la cosa no va nada mal. Confiesa tener más de cien medallas guardadas en dos cajas, las tres ultimas un oro, una plata y un bronce logradas en el campeonato de España de Valencia, las más valiosas para él. Fue campeón alevín en aro, subcampeón en manos libres y tercero en la clasificación general. Una recompensa acorde al duro trabajo de entrenamiento que se va a las cuatro horas al día, cuatro días a la semana.

Lejos de buscar el éxito sobre el podio, lo que quiere Hernán es seguir creciendo con su pasión. "Avanzar en categorías y disfrutarlo", así responde el pequeño gimnasta a las cuestiones sobre su futuro. De momento sigue siendo el único chico de entre las 70 fichas de este club de O Porriño, pero su estela ya la siguen otros pequeños gimnastas en el resto de Galicia.