- Los menores transexuales sufren más casos de bullying.

-Debemos de tener precaución. Hemos crecido en la cultura del acoso: lo has visto alrededor. Hay mucha gente que no rompe las normas de género, porque sabe cuáles son las consecuencias. Sabe que le va a caer un insulto, un empujón... O se van a reír de esa persona. En las escuelas debemos hacer un trabajo serio, no solo poner un parche y al niño trans habilitarle un cuarto de baño especial si tiene un diagnóstico ¿Por qué no aprovechamos para repensar la escuela? ¿Por qué hay uniformes de chicos y de chicas y lugares segregados? Los chavales LGTBI tienen casos mucho más acuciantes de acoso, se perciben como gente más problemática, se les ponen notas más baja.

- Ha dicho que las herramientas para tratar el sexismo, y la transfobia son las mismas.

-Sí. Las mujeres trans aún tienen una mayor vulnerabilidad. Tienen mayor dificultad para ser reconocidas en sus profesiones y eso tiene que ver con el sexismo y la trans fobia. Todo eso está muy unido. Cuando hablamos de igualdad, las herramientas son las mismas.

- ¿Cuál fue el momento más difícil al pasar de Raquel a Lucas?

-El acoso laboral, porque yo no lo entendía... No entendía cómo si trabajo 14 años en un sitio como profesor, de pronto me tratan mal. Se me hacía incomprensible que los que eran mis compañeros me estuviesen maltratando.

- Cuál fue el detonante?

-Tener estudiantes trans en clases y ser el tutor. A día de hoy, lo entiendo racionalmente, pero aún no emocionalmente.