El afamado director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel se dio un baño de multitudes en Santiago en un actuación histórica para celebrar dos hitos, en palabras del presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet: los 300 años del Banco Etcheverría y la segunda edición de Palabras para Galicia. Dudamel dirigió a la Orquesta Sinfónica de Galicia y al Orfeón Donostiarra en un concierto con la interpretación de la Novena Sinfonía de Beethoven ante más de 4.000 personas en la emblemática Plaza del Obradoiro. "Galicia es sinónimo de arte, de cultura. Este evento es la oportunidad de celebrar lo que nos une más allá de nuestras diferencias", aseguró antes de comenzar el concierto.

El presidente de Abanca, JUan Carlos Escotet, en su intervención explicó que este concierto fue concebido "como un encuentro con ese espíritu de fraternidad, cada vez más acusado, que el paso del tiempo ha atribuido a la novena sinfonía de Beethoven" Una melodía, la de esta obra inmortal, que también sonó-recordó el presidente de Abanca- durante las celebraciones por la caída del Muro de Berlín en 1989, una de las imágenes de unión después de un conflicto de los más potentes que se recuerdan. Escotet resaltó que la cita en el Obradoiro obedecía a una doble celebración, la de los 300 años del Banco Etcheverría, que nació en Betanzos en 1717, y la segunda edición del encuentro Palabras para Galicia.

Escotet también hizo alusión a la conflictiva situación que Venezuela, su país de origen aunque hijo de emigrantes españoles, atraviesa actualmente. "Venezuela es una marca de mi piel", aseguró, visiblemente emocionado, para añadir que "no pasa un día" sin que sus pensamientos y oraciones vayan destinadas a que se cumpla su "profundo y permanente deseo de paz que no encuentra ni encontrará reposo hasta que la vida vuelva a ser el signo de las calles" de su tierra natal. Apeló "al espíritu de reconciliación y paz, de trabajo, de todo lo que tenemos en común para que este acto tenga una significación, un valor y una mirada al horizonte". Con este emotivo alegato, Escotet hizo que la audiencia presente en el Obradoiro rompiese a aplaudir de forma unánime.

Entre los presentes en este momento se encontraban importantes cargos institucionales gallegos y del Estado, como el Rey emérito Juan Carlos I; el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y su esposa Eva Cárdenas; el presidente del Parlamento gallego, Miguel Ángel Santalices; el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega; y el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría.

Para la ocasión, Dudamel eligió interpretar la Novena Sinfonía de Beethoven, un himno -señaló- a la humanidad y a los valores de fraternidad y solidaridad entre pueblos. El aclamado director tomó la palabra para agradecer el cariño recibido y el trato dispensado en estos días de estancia en Galicia, en los que participó en diversos actos para la promoción de la música entre los más jóvenes. Fue un breve discurso. "Aún hoy las sinfonías de Beethoven nos siguen emocionando, nos guían en nuestro viaje para descubrir los sentimientos humanos y nos estimulan a aspirar a los más altos ideales en búsqueda de la armonía", indicó el director en su intervención previa al recital.

Dudamel hizo alusión durante su discurso a los vínculos que unen íntimamente a Galicia y Venezuela, un país al que le ha otorgado el apelativo de "sexta provincia gallega" tras Argentina y en el cual se formó como director gracias al Sistema de Orquestas Juveniles venezolano, un plan de promoción de la música que ayer volvió a loar y cuyo lema es "tocar, cantar y luchar". Como responsable de varias iniciativas vinculadas con el fomento de la música clásica entre los jóvenes, destacó además la vigencia que estos sonidos tienen aún hoy en día y reivindicó para ellos una mayor presencia en la vida cotidiana, como promueven programas como Abanca ReSuena.

Asimismo, Dudamel destacó que el concierto era "un sentido homenaje a las persona que se vieron en la necesidad de emprender la durísima tarea de emigrar" y tras resaltar la difícil situación de Venezuela se mostró convencido de que "únicamente el diálogo, el entendimiento y el trabajo mancomunado nos permitirán recuperar la armonía que la mayoría de venezolanos anhelamos desde hace tanto tiempo". Cerró su intervención invitando a los asistentes a "celebrar la belleza, la música y el arte" y a festejar el futuro "maravilloso" que la juventud tiene por delante.

El recital comenzó precedido por una interpretación del Himno gallego, con el público de la plaza puesto en pie, que sirvió como preludio de los discursos y del homenaje que recibió Javier Etcheverría, por sus seis décadas de trabajo en su banco, el cual mostró su enorme agradecimiento por el acto y el gesto de recibir como obsequio una batura de manos de Dudamel y de Escotet.