La viguesa María Sueiro reconoció ayer a FARO que no espera retornar a su ciudad natal "en un largo tiempo", debido a las difíciles circunstancias en las que se encuentra en Malasia viviendo con su novia, la egipcia Rahim Hafiz, con la que lleva dos años de relación, como ayer recogió este periódico en exclusiva.

María resaltó que al pertenecer al mismo sexo y residir en un país islámico como Malasia no pueden realizar su sueño de casarse. Además, la imposibilidad de formalizar su relación les impide también visitar juntas España, ya que Hafiz, al serle ofrecidos solamente trabajos esporádicos o sin contrato en Malasia, no puede cumplir los requisitos para solicitar el visado que le permita moverse por la UE.

Sueiro subraya que si ella fuese un chico, y estuvieran en Asia o en cualquier lugar, solucionar su situación sería tan sencillo como casarse en Malasia y Hafiz ya podría pisar España, por lo que se trasladarían de Kuala Lumpur a Vigo sin problemas y cuando quisieran.

El apoyo de su familia y amistades anima a la joven viguesa a continuar, pero aunque agradezca el cariño no cree que vaya a arreglar el problema. "Veo a muy largo plazo volver a Vigo. Este año, imposible", asume. No piensa insistir ante la Embajada española, y reconoce que cuando no le dieron solución estaban siguiendo la ley, pero al mismo tiempo denuncia la falta de empatía de no haberse parado a atender su caso:"Yo no enviaría una carta si no existiera una razón. El hecho de haberme escuchado, ese gesto simple y humano, me habría servido", lamenta la viguesa.

Lo que les preocupa es no tener libertad para moverse:"solo pido el derecho básico de poder ir con mi pareja a mi propio país. Estamos trabajando, moviéndonos, pero seguimos a la espera. Lo terrible es que para quienes nos lo podrían formalizar son solo unos papeles, no les cuesta tanto, pero a nosotras nos cambiaría la vida."

Aunque la búsqueda de una solución sea complicada, su objetivo es reivindicar un derecho básico que en caso de ser una pareja "convencional" estaría garantizado, brindándoles la posibilidad de desplazarse sin limitaciones.

Apoyos de las LGTBI

En relación con este caso, desde Ultreia LGTBI afirman que "habría que realizar manifestaciones, campañas por las redes, hablar con las instituciones y con despachos de abogados. Es un tema complejo, pero si todas las asociaciones LGTBI de Galicia, feministas y activistas se unen, seguro que se consigue algo".

Manifiestan que hasta que no estén comprometidos todos los países con la igualdad, estos obstáculos tendrán lugar, y apelan al internacionalismo, "para luchar contra la discriminación LGTBI en el mundo, especialmente en África y Asia, donde la homosexualidad se castiga con penas de muerte."

La asociación LGTBI Galiza Entende denuncia que ser homosexual sigue estando penado en más de 70 países, y que este "no es un caso aislado, sino uno de los pocos visibles". Piensan que nuestra Embajada podría al menos facilitarles más información, y afirman estar dispuestas a comenzar una recogida de firmas y concentrarse las veces que sea necesario para que esta joven consiga casarse.