Nueve de cada diez jóvenes están conectados entre una y tres horas al día, y hasta 6 horas los fines de semana. Esta es una de las conclusiones un estudio realizado entre más de 700 adolescentes que participaron en las sesiones de "EnREDados", la sexta edición del programa de "Acción Juvenil Actúa" que llevan a cabo la Fundación María José Jove y la Asociación Participan.

Más del 70% de los jóvenes que participaron en este estudio reconoce que nunca pide permiso para compartir una imagen de otros en las redes sociales, y tampoco sabe cuántas fotos suyas se han subido a la red, por lo que "el riesgo real continúa sin ser percibido" por este colectivo. Ambas entidades publicaron ayer los resultados de este trabajo, que incluye también una parte dedicada a padres y otra a profesores. "No son conscientes de la exposición a la que se someten todos los días y de la repercusión que pueden tener las fotografías que hoy comparten en las redes", afirma María Lemos, presidenta de la Asociación Participan y coordinadora de este estudio.

Asimismo, el 75% de los jóvenes dice revisar el móvil nada más levantarse, para el 70% es habitual estar conectado a alguna red social o WhatsApp mientras realizan actividades cotidianas como pasear, comer o estar con la familia o amigos, y el 70% reconoce que sus horas de sueño se han reducido precisamente por este motivo. Por todo ello, para la mayoría, la peor sanción es estar sin el móvil.

En este sentido, Lemos advierte del aumento de casos de tecnoadicción entre los más jóvenes. "No son conscientes del tiempo que pasan conectados hasta que no suman todos los ratos que lo están", dice la coordinadora del programa.

De este trabajo se desprende también que los más jóvenes desconocen la información relevante sobre aspectos relacionados con su privacidad, seguridad, buen uso y buen trato a través de las redes sociales y aplicaciones. También se han normalizado actitudes, acciones y comportamientos que pueden desarrollar síntomas de tecnoadicción, acoso, control y maltrato a través de las tecnologías de la información y comunicación, lo que pone de manifiesto la necesidad de normas y pautas familiares.

Dado que el desconocimiento general sobre estas cuestiones afecta tanto a jóvenes como a padres, madres y profesorado, el estudio concluye que es necesario informar y sensibilizar en profundidad sobre esta temática. En cuanto al control familiar, el 65 % declara sentirse "controlado" por sus familiares respecto al uso del móvil, y declaran haber pactado con sus padres unas mínimas normas de uso.

"Debe de haber una pautas familiares, entre ellas, horas y horarios de uso del móvil, y saber que controlar el uso que da al dispositivo no es invadir su privacidad, porque lo que tiene en el móvil es lo que comparte, sino una forma de velar por su seguridad", dice.