Más de 30.000 personas convirtieron ayer a Panxón en el centro de la provincia. La purificadora fiesta de bienvenida del verano volvió a congregar a una multitud alrededor del fuego para espantar los "meigallos" y malos augurios y divertirse hasta el amanecer en la playa. La tradición de San Xoán desafió a la marea en esta ocasión. La pleamar prevista a las 4.37 de la madrugada adelantó las despedidas y acortó todavía más la noche más breve del año, pero no restó entusiasmo a las almas que se aproximaron una vez más a las llamas para recibir su calor purificador.

El ritual siguió los pasos de siempre. Los asistentes, llegados desde diversos puntos de Galicia, fueron invadiendo el arenal antes de caer la noche para reencontrarse con la euforia del fin de curso unos y de la cercanía de las ansiadas vacaciones otros. Como manda la costumbre, muchos degustaron las tradicionales sardinas asadas con pan de maíz o el churrasco. Había que prepararse para unas horas de ejercicio intenso a modo de salto de hoguera o baile verbenero.

Los más jóvenes tomaban posiciones hacia Praia América invocados por el también tradicional "macrobotellón" que no pierde adeptos y que centra la atención del operativo de seguridad desplegado en la zona con un centenar de efectivos de la Policía Local, la Autonómica, la Guardia Civil, los bomberos del GES Val Miñor, los profesionales sanitarios del 061 y los voluntarios de Protección Civil.

Un equipo que trató de iniciar el desalojo de la playa de Panxón pasadas las dos de la madrugada cuando el mar avanzaba hasta llegar casi al paseo marítimo. Allí se encontraba el sector más familiar de la concentración, con sus festejos más serenos que los del picnic etílico, con la música de orquesta de fondo y las atracciones de la feria a pleno rendimiento.

Focos deslumbrantes

Especial atención dedicaron también los agentes a las dunas de Praia América, blindadas en esta ocasión con 700 metros lineales de vallas de dos metros de altura para evitar la invasión de los despistados, o no tanto, y evitar los daños al ecosistema protegido. Unos potentes focos al estilo estadio de fútbol marcaban también el territorio y deslumbraban a todo aquel que se desviase del camino de acceso al arenal.

La principal cita de las fiestas patronales de Panxón marchaba al cierre de esta edición sin incidencias, según indicaron las fuerzas de seguridad, pendientes de una larga madrugada en la que los autobuses de regreso a casa adelantaron su partida a las 6.00 para dejar el terreno libre al dispositivo especial de limpieza organizado por el Ayuntamiento para dejar el entorno listo para los primeros bañistas de la mañana.

Baiona

La baionesa playa de A Ribeira vivió también ayer su gran fiesta organizada por el Concello y la Asociación de Empresarios y Comerciantes (Aceba). Cientos de personas se arremolinaron alrededor de las llamas y disfrutaron también de una sardiñada y de conciertos. En Sabarís, el encuentro vecinal se desarrolló al calor de la hoguera de la asociación Castro e Ladeira en el Camiño Entrerríos con gastronomía y música.