Los vecinos de Ponteareas lograron confeccionar sus tapices más sofisticados en la noche más calurosa del año, donde las temperaturas no bajaron de los 20 grados. Las alfombras comenzaron a elaborarse más tarde de lo previsto y concluidos con la luz del día, para el paso de una procesión que se celebró bajo un sol abrasador.

Cuando la procesión salió de la iglesia parroquial de Ponteareas, después de las 12 del mediodía, "caían los pájaros". Los asistentes echaban mano de las botellas de agua, de los abanicos e intentaban buscar las sombras o disfrutarlas al paso de la marcha. La temperatura superaba los 30 grados.

El estío anticipado no frenó la procesión que pasó sin ningún tipo de incidente sobre las calles alfombradas, dando lugar a escenas casi mágicas como la vivida entrada en la calle de Oriente, cuando la primera gran lluvia de pétalos surgida de los balcones alcanzó a los asistentes.

Las alfombras estaban en buen estado. El calor no es tampoco buen amigo para ellas, pero las alfombristas se las agenciaron con máquinas de sulfatar o regaderas para mantener el vegetal húmedo, así lograr colores mucho más vivos.

"Estamos en el trópico", apuntaba una señora que se cobijaba bajo un paraguas. Los más mayores recuerdan fiestas cálidas, lluviosas, pero apuntan a decir que nunca como en esta ocasión, donde la ola africana o el cambio climático o la coincidencia de ambas, hicieron que estuviésemos ante el Corpus más cálido de la historia.

Los ponteareanos y ponteareanas volvieron a triunfar con sus tapices, donde se encuentran temas clásicos y algunos novedosos, pero donde se nota un afán de superación sin precedentes, el pulido de técnicas para hacer trabajos cuyo arte está por encima de cualquier duda.

Así se atrevieron a representar escenas de cuadros del renacimiento, motivos tradicionales gallegos, reproducciones de Velázquez, Picasso y hasta El Guernica.

Pusieron en sus tapices tucanes y pájaros coloridos -imaginaban los diseñadores que el día sería tropical- y numerosos rosetones, flores de mil formas en detalles finos o menos finos, pero todos extraordinariamente preciosos.

Alfombras que quedaban pegadas al asfalto, como tejidas en seda, y otras que abultaban en sus formas tomando vida propia, y que semejaban colchas orientales, donde apetecía tumbarse

Todo ello para unas horas, porque pasada la procesión el vegetal quedo mezclado y convertido en un revuelto de miles de colores. "Lo hacemos para el Corpus, para la procesión, no tiene sentido mantenerlas más tiempo, pero la verdad es que a veces da pena pisarlas", apuntan.

Este año la flor protagonista en Ponteareas fue la hortensia. Los alfombristas lograron hortensias rojas, azules, rosas, blancas? Para jugar con otros materiales con los que perfilar y hacer dibujos perfectos. "Este año no fue posible encontrar rosas, porque ya están muy deterioradas y tuvimos que acudir a la hortensia, que el año pasado no hubo apenas? La hortensia es la flor por excelencia del Corpus".

Al final más de un kilómetro lineal de tejido, lo que supone unos 5.000 metros cuadrados y diez toneladas de material, que ahora se convertirán en compost.

La procesión estuvo acompañada por las autoridades, entre ellas la directora xeral de Turismo, Nava Castro, que representó a la Xunta, así como miembros del gobierno local y concejales. También representantes de los municipios de La Orotava, Monçao y Gerano, que este año hicieron sus tapices florales en la fiesta.

El alcalde, Xosé Represas (BNG), no asistió a los actos religiosos ni a la procesión, al mantener el criterio de separarlos de los institucionales, tal y como hiciera el año pasado.