Enrique Arnanz, presidente del Patronato de la Fundación Splai, Ciudadanía Comprometida, presentó ayer en Vigo el libro "Por una nueva ciudadanía. Incidencia política y Tercer Sector. Confluencias para el cambio educativo", elaborado por esta organización y que recoge algunas de las claves de lo que se denomina ciudadanía comprometida. Esta obra organiza y estructura las reflexiones de cerca de 250 personas pertenecientes a entidades sociales sobre los retos de la sociedad y el papel que estas organizaciones deben jugar.

-¿Qué es la Fundación Splai, Ciudadanía Comprometida?

-Splai nació hace unos 45 años en el marco de las ciudades industriales para intentar que el tiempo libre de los jóvenes de la periferia fuera un tiempo de ocio construido en positivo. Ahora tenemos una enorme fuerza en otras comunidades, entre ellas, en Galicia gracias a nuestra relación con Contorna Social. Desarrollamos iniciativas y proyectos para crear una ciudadanía preocupada por la transformación de lo colectivo, con una mirada especial hacia los niños y adolescentes, aunque no solo y exclusivamente hacia ellos. Tenemos iniciativas dentro del ámbito de las nuevas tecnologías en las que los jóvenes dan clases de iniciación digital a los mayores y donde se crean espacios intergeneracionales muy interesantes. El objetivo es que haya más gente preocupada por los demás y menos autocentrada y mirándose constantemente su ombligo.

-¿Cuál de estos dos grupos abunda más?

-El problema político más grave en España, y posiblemente en Europa, es la enorme cantidad de ciudadanos que viven absolutamente egocentrados y cuyo horizonte es mi marido, mi mujer, mi casa, mi fondo de inversión, y que no conjuga para nada el "nosotros". Estoy convencido de que si nuestra sociedad tuviera más cultura política y más desarrollo de conciencia pública habría menos corrupción, se lucharía más contra la desigualdad y no hubiéramos llegado a los niveles de deterioro de las instituciones públicas y políticas a los que estamos llegando. No permitiríamos que cada vez los políticos tengan menos influencia y la tenga cada vez más el poder económico.

-¿Cómo cambiar esta situación?

-Es una tela de araña de factores, no es solo uno, pero la educación tiene una enorme importancia. Me refiero a la educación en su sentido más amplio porque esta tiene que acompañar a la persona en la época escolar pero también a lo largo de su vida, tiene que estar permanentemente descubriendo los puntos fuertes y débiles del momento y del lugar en que vive para intentar cambiarlo. Una sociedad sin un alto nivel de educación ciudadana es una sociedad manipulable y sin personalidad propia, sin criterios objetivos para avanzar en una línea en la que se respete los derechos de todos.

-¿A qué nos referimos cuando hablamos de incidencia política y Tercer Sector?

-Al papel tan importante que tiene la sociedad civil organizada, el Tercer Sector, y más en este momento en que hay un deterioro tan grande de las instituciones públicas. Pero estamos en un momento político y social interesante porque cada vez hay más gente que se revela contra lo que está viendo. ¿Por qué hay tanta corrupción? Porque protestamos, pero en el fondo somos pasivos. Y el Tercer Sector también tenemos que plantearnos qué valores defendemos, y a quiénes y cómo queremos servir.