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Chus Martínez: "Las formas de hacer en ARCO siempre han ido más allá del mercado puro y duro"

En el mundo, "estamos en un momento muy complejo que pide soluciones complejas"

Chus Martínez.

Falta menos de un año para la cita con la feria de arte contemporáneo ARCOmadrid. No obstante, el mecanismo está ya en marcha e impulsando la rueda motriz se encuentra una gallega, Chus Martínez (Ponteceso, A Coruña, 1972) que ahora dirige un instituto de arte en Basilea, Suiza. En Vigo, la recordamos por aquella magnífica exposición en el MARCO "A grande transformación" donde ofrecía en 2008 una mirada diferente a la magia y el ilusionismo; a la relación entre lo tangible e intangible, la manufactura y lo intelecutal.Ella será una de las tres comisarias del evento, junto a Rosa Lleó, del espacio The Green Parrot en Barcelona; y Elise Llamer, comisaria en Basilea del espacio SALTS. Las tres están ya trabajando guidas por el lema sobre el futuro que promete poner patas arriba la feria y el arte actual.

-Ha sido elegida comisaria de ARCO 18. ¿Qué supone para usted este paso en su carrera?

-Las cosas no salen así por carreras, sino por concomitancia, cariño, amistad. Yo conozco desde hace muchos años a Carlos Urroz (director de ARCO) y a Maribel López (subdirectora de la feria). En un momento dado, me proponen si quiero hacer una sección sobre una noción. Me pareció una buena idea y una oportunidad para volver a trabajar en España. Cuando voy a España me gusta trabajar allí para no perder el contacto con la gente. ARCO es una oportunidad para ampliar el terreno, intercambiar opiniones y ver más de cerca qué está pasando en el país y contribuir a cambiar otros horizontes y las formas de pensar sobre los que nos hacemos las preguntas.

-Esta va a ser la primera vez que un concepto se convierte en el eje del programa en lugar de un país o una ciudad. Parece arriesgado.

-Las situaciones están cambiando. ARCO, como muchas otras situaciones periódicas de presentación artística y cultural, emerge de un marco geopolítico que se interesa por conceptos de representación en un sentido más clásico. Hace diez o quince años, la gente estaba más interesada que ahora en saber qué pasaba artísticamente en Francia. Todo estaba planteado en esos conceptos geopolíticos o de estado-nación. Así, estaban planteados los pabellones de la Bienal de Venecia. Esa forma de pensar también está cambiando. No solo en ARCO. En la próxima Bienal de Venecia, veremos por primera vez un pabellón en el que también estoy metida que será el Pabellón de los Océanos. Cada vez más, vemos otra forma de plantear las relaciones no vinculadas a lo nacional o la identidad geopolítica. Es una buena cosa porque indica que esa forma de pensar con enraizamiento histórico es transitoria. La gente se va a preocupar menos por regiones o países y más por conceptos.

- En cuanto al lema "Lo que va a suceder no es 'el futuro' sino lo que vamos a hacer", ¿aleja el foco del tradicional concepto vinculado a lo temporal?

-El futuro, pobre, está fatal. Es uno de los conceptos más sobreusados. Por ese motivo, está bien afrontarlo. Se trata más de métodos, prácticas y del ahora que de una cuestión del mañana o de la producción de un nuevo producto. La cultura no está articulada en esos términos.

- ¿El deseo de tener más ventas y mejores galeristas o compradores pesa mucho sobre las comisarias a la hora de idear proyectos?

-De momento, no hemos tenido ninguna valoración mercantil de nuestra propuesta. Hemos tenido libertad absoluta dentro de esa burbuja, lo que es muy de agradecer. En eso, ARCO es muy hábil porque la parte comercial se trata de otro modo y la tratan ellos. También hay una dimensión pública que siempre ha estado allí. Por ejemplo, los debates de ARCO, las formas de hacer, siempre han ido más allá del mercado puro y duro. Siempre ha destacado por cómo educar a la sociedad civil, por apoyar a la industria creativa o las industrias culturales, las galerías, o incentivar a los coleccionistas. Ese punto de vista sociopedagógico es muy importante.

- Retomando el tema del futuro, ¿cómo lo ve usted?

-Estamos en un momento muy complejo que pide soluciones complejas y no simples. Hay un grupo apabullante de gente que tiene peso específico en nuestra vida pública que insisten en soluciones simples pero yo insistiría en las complejas. Una solución compleja no es difícil sino que está hecha de muchas soluciones que se conectan de formas que no son sospechosas y sospechables. Hay que apoyar el talento de una forma distinta, de una forma más comprometida.

- Procede de Ponteceso (A Coruña), ¿le preocupa la situación de la Galicia no urbana?

-En estos momentos, sería genial que en Galicia se apoyasen becas, modos de hacer, que diesen oportunidad a muchas de esas comunidades que no están situadas en la ciudad. Esa relación entre desarrollo urbano y no urbano es esencial. No hay que dejarse llevar por ideas facilonas de lo que la gente quiere. La gente necesita un apoyo y una guía y eso no significa que estén dispuestos a venderse a cualquier postor.

- No parece que haya un pronóstico muy halagüeño para las comunidades rurales en Galicia.

-El pronóstico tenemos que hacerlo entre todos. Si hubiese un clamor popular de que queremos construir un campo distinto con una relación diferente entre éste y la ciudad, si hiciéramos que nuestros laboratorios estuviesen en el campo, el campo sería otro. No existen muchas voces que vayan por ahí. A la gente, le parece un rollo o piensa: "Oh, xentiña". O igual no. El futuro pasa por revertir estereotipos y perjuicios de todo tipo que han marcado pasado y presente.

- Desde el instituto de arte que dirige en Basilea, supongo que se trabaja en esa vía.

-Todos los días. Es un tema que me obsesiona. Suiza me da la oportunidad de conocer otra realidad. Aquí no hay grandes urbes. Es una oportunidad única para relacionar lo urbano con lo no urbano. Creo fehacientemente en que hay que imaginar otra forma en el caso de Galicia. En el momento en el que imaginásemos el campo de otro modo, seríamos otra Galicia.

- ¿Podría adelantar algo sobre el pabellón en el que trabaja para la próxima Bienal de Venecia?

-Es una iniciativa de una fundación austríaca que tiene la intención de abrir el primer pabellón para los oceános en Venecia. Es una idea visionaria: trabajar en un pabellón que no tenga rúbrica nacional. Estoy trabajando con ellos en investigación.

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