Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alban d'Entremont: "En los países ricos tener hijos se percibe como de derechas; en los pobres, al revés"

"Los hechos demuestran que cuando existen ayudas a la familia la natalidad repunta; así pasó en Francia y en los países escandinavos"

El profesor Alban d'Entremont, en un momento de la entrevista. // FdV

Alban d'Entremont es profesor emérito de Geografía de la Universidad de Navarra y ha sido miembro correspondiente de la Universidad de las Naciones Unidas, examinador jefe de Geografía en la Organización del Bachillerato Internacional, profesor de la Universidad Libre de las Américas y profesor visitante en una docena de universidades en América del Norte, América Latina y Europa. Es miembro de la Unión Geográfica Internacional, la National Geographic Society y la Fundación Interamericana Ciencia y Vida, entre otras instituciones internacionales. Es un experto sobre la crisis demográfica que padece el país.

-¿Hacia dónde camina España en los diferentes ámbitos demográficos?

-La situación demográfica española es altamente preocupante. Los niveles de fecundidad, desde los años ochenta, están por debajo del nivel de reemplazo generacional y la mortalidad es relativamente alta, con nueve fallecimientos por mil habitantes, lo que significa que el país se halla en una situación de crecimiento cero, paliada en parte por la inmigración. La nupcialidad está en niveles mínimos y sigue bajando, y tanto hombres como mujeres se casan ya cumplidos los treinta años; los índices de dependencia económica aumentan y cada vez hay más ancianos y menos jóvenes.

-Un negro panorama...

-Es una situación estructural que va a prolongarse en el futuro a medio y largo plazo, a no ser que se produzcan cambios radicales, que no se vislumbran.

-¿Cuál es la causa que ha ocasionado este desierto demográfico?

-La drástica reducción de la fecundidad en las últimas décadas ha dado como resultado una penuria de jóvenes y una proporción elevada de ancianos. España ha pasado, desde los años setenta, de tener alrededor de 3 hijos por pareja a sólo 1,3 de promedio, uno de los niveles más bajos del mundo. También influyen los nuevos estilos de vida al margen del hogar, los años de estudios universitarios, que hacen retrasar la formación de familias, la incorporación de la mujer a la vida laboral e incluso las dificultades provocadas por la crisis.

-¿Eso es todo?

-Ha habido un enorme cambio de mentalidad respecto al matrimonio y la familia; una marcada inversión de valores que priman otros aspectos del individuo. A ello añadimos el impacto de la contracepción, las rupturas matrimoniales y la incidencia del aborto, entre otros fenómenos.

-Los hijos implican riesgo. ¿Somos más cobardes que nuestros padres y abuelos a la hora de formar una familia?

-No creo que sea una cuestión de cobardía, sino de nuevos modos de enfocar la vida. Antes, lo normal era casarse joven y labrarse una vida digna y estable con un trabajo y una familia. Hoy hay muchas aspiraciones al margen de esto, todas ellas legítimas, por supuesto. Aunque es cierto que la generación de nuestros padres se caracteriza por su valentía y empeño por salir adelante y por una gran generosidad para con sus hijos.

-¿Tener hijos es de derechas?

-No tendría que ser así, pues la familia es base de la sociedad, pero es cierto que en Occidente se tiene esta percepción. En los países pobres es al revés, son las clases de menor renta las que tienen más hijos. La renta, en los países ricos, sí influye en la decisión de formar familias, y en el caso de España también la falta de apoyo contundente y eficaz por parte de las administraciones políticas.

-¿Un apoyo decidido a la familia por parte de las administraciones públicas contribuiría a relanzar los nacimientos?

-Yo creía que ese apoyo no era determinante, pero los hechos han demostrado que sí lo es. Cuando hay ayudas la natalidad repunta. Pasó en los países escandinavos y en Francia, donde la fecundidad subió en los últimos años gracias a las ayudas del Estado. Por desgracia, España se encuentra a la cola en ayudas. Hay que remediar esta situación injusta, pues son las familias las que sostienen al Estado.

-Mitterrand impulsó la política del tercer hijo. ¿Algo así sería factible en España?

-Sería factible sólo si las autoridades competentes se comprometen a ello, y no veo que exista esa voluntad. Pero con eso no basta, las deficiencias demográficas están ya enquistadas. Durante dos o tres generaciones, el país seguirá arrastrando desequilibrios y disfunciones, incluso con remedios drásticos.

-¿Por dónde hay que empezar?

-Hay que empezar, como medida urgente, con fomentar el segundo hijo, y aun así no se renovarán las generaciones ni se detendrá el envejecimiento.

Compartir el artículo

stats