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GALLEGOS EN LA CIMA

David Brea López: "Si tienes una pasión acabas encontrando tu sitio, no hay que guiarse por el mercado"

El investigador en neurociencia compostelano estudia en Cornell (EE UU) la relación entre las bacterias intestinales y el ictus

El investigador David Brea, en Nueva York.

La microbiota o flora intestinal y sus efectos en nuestra salud constituyen una de las áreas de investigación en auge en todo el mundo. David Brea (Santiago, 1982) forma parte del equipo de la Universidad de Cornell que en 2016, junto con expertos del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, desveló en Nature Medicine la relación entre las bacterias de este órgano y el infarto cerebral. Fueron los primeros en asociar nuestros intestinos a una patología cerebral aguda.

"Provocamos un cambio muy drástico con antibióticos en la microbiota de ratones. Y debido a esta alteración, sufrieron menos daños tras inducirles un ictus. Pero todavía quedan muchos puntos por descifrar, por ejemplo, qué bacterias o grupos de bacterias son responsables de esta reducción. Cuáles producen un efecto beneficioso y cuáles, entre las que se eliminan, hubiesen sido negativas. Intentamos descubrir los mecanismos intermedios en las bacterias y en el sistema inmune para saber cómo podemos modificar la microbiota con los fines que buscamos", explica.

Las enfermedades asociadas al envejecimiento de la población van en aumento, de ahí la importancia de estos estudios. "Son dolencias cada vez más prevalentes y, en el caso del infarto cerebral, tremendamente incapacitantes. Tanto las personas que lo sufren como sus familiares sufren consecuencias para el resto de la vida", destaca David, que pertenece al Brain and Mind Research Institute.

El campus biomédico de Cornell se localiza en Manhattan, un distrito al que también pertenecen las universidades de Columbia y Rockefeller, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center y el Hospital Monte Sinaí. "Esta concentración de centros e investigadores favorece la colaboración y el acceso a recursos y materiales. Y es tremendamente importante porque se genera una fuente de conocimientos impresionante. Estás rodeado de gente puntera de la que puedes aprender mucho. La tecnología en España está a un nivel parecido, pero la estructura de la universidad es muy diferente. Aquí buscan talentos y contratan a los mejores de cada tema alrededor del mundo", destaca.

Tras defender su tesis en el campus compostelano, David se marchó a EE UU por un periodo de seis meses, pero ya lleva 4 años en el país y acaba de subir un escalón más en la estructura académica al ser promocionado como instructor. "Siempre tienes la idea de volver, de hecho, ya lo he intentado pero hoy en día es prácticamente imposible. Los compañeros de mi laboratorio aquí me dicen que hay más españoles que nunca y la falta de plazas en nuestro país ha incrementado la competitividad hasta límites tremendos. Personas con currículos para ser catedráticos están optando a los puestos que antes se conseguían tras 2-3 años en el extranjero. Así que quizá regrese a otro país europeo", plantea.

Mientras tanto, disfruta del trabajo en una institución que figura entre las 20 mejores del mundo, suma 45 premios Nobel y, a igual que la ciudad de Nueva York, se caracteriza por su diversidad cultural. "Aprendes mucho de otras formas de entender el trabajo y la vida", valora.

El día a día en los laboratorios estadounidenses continúa igual desde la llegada de Trump, aunque los extranjeros, que sostienen buena parte del I+D público, permanecen alerta. "En este tiempo ya hemos visto que quiere recortar la financiación de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) o modificar uno de los visados fundamentales que usamos los investigadores. Te deja más tranquilo que el Congreso o los jueces limiten sus decisiones, pero sí que vives con incertidumbre", reconoce.

Pero frente a estos obstáculos se impone la vocación. Por eso David aconseja a los jóvenes que sigan su instinto: "Yo siempre quise estudiar Biología porque me gustaba saber cómo funcionaba el cuerpo humano y en la carrera me decidí por la investigación para contribuir de la manera más humilde posible a generar conocimiento. Si tienes una pasión, ya sea la biología, la historia o la literatura, acabas encontrando tu sitio. Cuando eliges carrera no hay que guiarse por el mercado porque lo que hoy presume de salidas puede no tenerlas en 10 años. Y no creo que sea más fácil trabajar en algo que no te gusta".

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