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El cabrero más joven de Galicia

Isaías Medela Rodríguez, un lalinense de 19 años, prolonga la tradición familiar y aspira a reunir 500 cabezas en su explotación

El cabrero más joven de Galicia

"Estando bien organizado y con las ideas claras, esta profesión tiene mucho futuro porque que yo sepa sólo quedan ya dos o tres explotaciones", asegura el pastor de cabras que ostenta el título de ser el más joven de Galicia en la actualidad. Isaías Medela Rodríguez (Vilatuxe, Lalín, 1998) lleva en la sangre el pastoreo, y tras haber terminado los estudios de ESO, y realizar "un cursillo de fitosanitarios y un curso de iniciación y bienestar animal" aguarda a que las subvenciones oficiales le permitan cumplir su sueño de establecer una explotación caprina en condiciones. "Ahora tengo 30 cabras, pero mi idea es poder llegar como mínimo a las 500 porque, gracias a Dios, hay terreno de sobra para poder sacarlas adelante", asegura.

Lo cierto es que Isaías sabe desde muy pequeño que lo suyo es el pastoreo tras nacer ene l seno de una saga de hombres acostumbrados a ello. "Mi abuelo tenía cabras, y ahora mi tío también las tiene, pero para carne", añade. El joven pastor dezano todavía duda si dedicar su futura explotación "de carne, leche o de las dos". Preguntado por si en pleno siglo XXI el pastoreo de cabras puede ser rentable, el joven Medela hace cuentas para afirmar que "hacen falta unas 200 cabras para poder vivir de esto porque aquí, en Deza, hay tradición de cabreros aunque la gente no lo sepa, pero son explotaciones que tienen 20 o 30 ejemplares, insuficientes para sobrevivir". El pastor de Vilatuxe se aferra a los números para sostener que lo suyo no es ninguna locura de juventud y explica que "en Galicia, ahora, cabras de leche en extensivo no hay prácticamente ninguna, una o dos explotaciones como mucho, y sé de un cabrero de Guntín que tiene cabras alpinas de leche en intensivo, pero que no es tan joven como yo porque tiene 29 años". Todo ello le anima a pensar que su iniciativa puede llegar a buen puerto por su singularidad.

El cabrero emprendedor de Lalín tampoco tiene ninguna duda sobre lo que hay que tener para cumplir en su profesión: "Para ser un buen pastor de animales no hay que aburrirse nunca en el trabajo." En este sentido, Isaías Medela recuerda que se trata de una profesión que necesita mucha dedicación porque "se trabaja todos los días del año mañana y noche, aunque si alguna vez te invitan a una boda, por ejemplo, está claro que lo tienes que dejar".

Relajación

Sin embargo, y a pesar de la dureza que conlleva el tener que subir cada día con sus cabras al monte, al joven pastor dezano lo que más le atrae de esa tarea es el componente de relajación que tiene el trabajo. "Lo que más me gusta de esta profesión es que puedes estar en el monte a tu aire, con los perros y las cabras, mirando como pastan totalmente libres; se está muy tranquilo y tengo que reconocer que me relaja mucho", indica Isaías Medela. Y eso que, como también recuerda, "las que tengo que sacar a las diez de la mañana al monte, las vuelvo a meter en el establo a la una y media, las vuelvo a sacar a las cuatro y media de la tarde, y no las recojo hasta que se pone el sol". El joven de Lalín se muestra además como un gran defensor de las cabras, una animal del que dice que "es más agradecido que las ovejas, por ejemplo, porque yo tengo un cabritillo muy pequeño que me sigue a todas partes, algo que no pasa tanto con las ovejas cuando también son pequeñas".

Por otro lado, la decisión tomada por Isaías Medela fue recibida con división de opiniones. El propio pastor desvela que "en casa, cuando lo dije, unos me animaron a hacerlo diciéndome que como se estaban cerrando explotaciones había sitio para nuevas, y curiosamente los que en mi familia me decían que lo dejara utilizaron el mismo argumente, recordando que si se cierran será por algo". Sin embargo, ahora Isaías cuenta con el apoyo incondicional de sus allegados, en especial el de su propio padre, Miguel, que es concejal en el gobierno local de Lalín. Por eso, "si todo sucede como espero, quiero jubilarme así, siendo cabrero", espeta el joven mientras aguarda por unas ayudas para poder establecerse por su cuenta en Vilatuxe.

El pilar fundamental en el trabajo de todo pastor es poder contar con un buen perro, algo que Isaías Medela también valora mucho. "Es indispensable tener un buen perro porque, como dice un vecino mío, si no tienes un buen perro te espera un día de trabajo de los buenos". El joven dezano cuenta con dos ejemplares de Border Collie para su labor pastoril que "aunque hay que enseñarles, esta raza es la mejor porque ya nacen con el instinto", enfatiza. Lo cierto es que tanto la hembra como el macho de sólo dos meses se han convertido en compañeros inseparables de un cabrero que sigue dándole vueltas al nombre de su explotación -"todas tienen el suyo, es como una marca", dice- y sueña con poder algún día que los suyos se sientan orgullosos de él.

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