Ni la rotura de la cadera, que la obliga a desplazarse en silla de ruedas, ha podido con el buen humor de la abuela dezana: Concepción Pichel Sampayo cumplió ayer 109 años en compañía de tres de sus siete hijos en su domicilio del lugar de Mazarelos, en la parroquia silledense de Vilar. El hogar familiar acogerá una celebración por todo lo alto el domingo. 109 primaveras contemplan el buen humor que, pese a los achaques propios de la edad, aún gasta Concha, como conocen todos sus vecinos de Vilar y muchos otros de parroquias cercanas a Concepción. Persona muy sociable y gran conversadora, todavía se arranca a cantar muchas tardes sentada en la silla de ruedas en la que se ve obligada a desplazarse desde que, a finales de 2015, rompió una cadera y sufrió una caída. Aquel percance le impidió seguir haciendo labores del hogar de los que presumía siendo ya centenaria, como el cuidado del corral o la comida para ella y su hijo Magín. La abuela de la comarca festejó ayer su 109º aniversario junto a tres de sus siete hijos en el domicilio familiar de Mazarelos, que el domingo acogerá una celebración con casi toda su familia. Concepción nació el 11 de mayo de 1908 en la aldea lalinense de Soutullo (Anseán), pero lleva más de 80 años establecida en Vilar, de donde era su marido, Rogelio García.