La viguesa Bertila Fernández lleva 28 años de su vida dedicados a las asociaciones de padres y madres y la defensa de una educación de calidad, llegando a ser presidenta de Foanpas (Federación de Anpas) en la ciudad olívica. El 27 de mayo, será una de las invitadas a la mesa "Los centros educativos, ¿una evolución o una revolución?" del I Foro de la Educación de FARO Impulsa que se celebra en el Auditorio Mar de Vigo (la preinscripción ya se puede realizar en faroimpulsa.es), donde compartirá ideas con expertos españoles en educación.

- En los centros educativos, ¿se debe dar una evolución o una revolución?

-Trasladaremos lo que las familias nos transmiten a través de las Anpas, la necesidad de una revolución bien entendida. Hay que cambiar el sistema educativo con una ley. Hay que entender que las necesidades de hoy en día no son las mismas de hace 15 o 30 años. Quienes deben elaborar esas leyes educativas son los especialistas incluidos pedagogos, sexólogos, profesores... Digo sexólogos porque la preocupación por los temas de transexualidad, género, e identidad es real. Es necesario normalizar esa situación y que haya comunicación entre los ámbito sanitario y escolar. En cuanto a la ley, debe ser un pacto blindado al cambio de gobierno, aunque sí tiene que ser flexible para adaptarse a nuevos escenarios.

- ¿Qué es lo que más les preocupa a los padres hoy en día?

-Una primera preocupación es el bienestar del alumno en el centro, con un sistema educativo que dé solución a los problemas de los niños, que respete la diversidad así como el derecho a una buena educación. También nos preocupan los contenidos de las materias pero también es muy importante prepararlos para ser hombres y mujeres autónomos. Hay que trabajar las emociones, que sepan tomar sus propias decisiones. Eso es tan importante como aprender las materias del currículo. Está claro que las familias debemos trabajar eso pero en la escuela están en grupo, por eso, tienen que trabajar otras habilidades.

-Toca preguntarle por una cuestión donde no hay unanimidad, los deberes.

-Los alumnos deben trabajar lo que aprendan en el colegio pero tiene que estar garantizado que todos los niños los puedan hacer. Los deberes pueden consistir en observar la naturaleza, hablar con l os marineros de Bouzas... Los deberes ya no son cuatro cuentas de multiplicar e oraciones. El trabajo en equipo es muy importante. La escuela es el espacio idóneo para trabajar ese cooperativismo: que uno se encargue de un tema, que otro haga otra cosa... En función de sus capacidades, habrá niños que aporten una riqueza en un tema y otros en otro. (...) Si no tenemos una ley consensuada, la estaremos parchando toda la vida y no podemos improvisar toda la vida.

- Pedro Sarmiento, coordinador en España del proyecto LÓVA que presentará en el I Foro de Educación FARO Impulsa, señalaba a este diario que uno de los principales obstáculos para poner en marcha su programa en los centros pasaba por los padres porque algunos pensaban que se perdía el tiempo enseñando a cómo montar una ópera.

- Desde la Administración, tienen que hacer ver a las familias los cambios educativos para que asimilen las nuevas tendencias. Es nuestra labor, las Anpas no se pueden ver como una comisión de fiestas y fandangos. La información y formación de los padres es muy importante. En la primera etapa de contacto de los niños con las escuelas infantiles, las madres y padres van teniendo otra visión de lo que es la educación. En Primaria, las familias se estancan. Hay que tener una mente abierta a los cambios. Antes, el medio de transporte era el carro con bueyes y, ahora, hay otros. La asignatura de educar a los hijos necesita un aprendizaje. Cuando tenemos un bebé, desconocemos muchas cosas: cómo cambiar el pañal, cómo dar el pecho... La gente se va informando. Con la escuela hay que hacer lo mismo: asistir a reuniones de tutorías, jornadas de información... Cuando mi hijo tenía tres años de edad, fui a una charla sobre prevención de drogodependencias. Esa charla me marcó como persona y como padre. "La prevención está en la cuna", se titulaba, porque desde muy pequeños tenemos que establecer horarios de sueño, hábitos de higiene, alimentación, hay que establecer unas normas.

- Otra cuestión obligada es la agresividad y violencia en las aulas.

-Indudablemente, la administración educativa tiene que garantizar que la vida en las aulas esté basada en una cultura de paz. Las comisiones de convivencia tienen que desarrollar un trabajo para la prevención, para que haya una buena convivencia. Se deben activar los protocolos porque lo más importante es prevenir esas situaciones. El acoso lo podemos encontrar a diario en las conversaciones, en los medios de comunicación. Siempre existió pero ahora tiene un carácter más dañino porque aparecen en el escenario las redes sociales. Madres y padres tenemos que conocer cómo se mueven nuestros hijos por las redes. Cuando llegue a casa un comunicado sobre jornadas o charlas sobre bullying o redes sociales, tenemos que asistir. También hay que enseñar a nuestros hijos a tener autocontrol, a que sean capaces de decir no cuando les piden enviar fotos (comprometidas). Hay niños que necesitan que ser reforzados en esto; en otros, hay que trabajar la autoestima, las emociones...

- Esto conecta con la idea de crear una escuela feliz para tener una sociedad feliz. ¿Utopía, acaso?

-Claro que suena a utopía. La educación es fundamental en la casa y en la escuela. ¿En los programas de televisión, qué mensaje se les está enviado? El de agresividad, el mensaje de que todo vale, los gritos?Eso es todo lo contrario a la cultura de paz. Se les vende que hay que pisotear al de al lado para que todos podamos salir por la puerta, en lugar de trabajar los protocolos de evacuación de un local. Con la cultura de paz ocurre lo mismo.

- Los profesores se quejan de que les echan sobre sus espaldas demasiada responsabilidad al tiempo que son ninguneados en muchas ocasiones.

-Al profesorado, no se les puede pedir que sean psicólogos, padres y madres, proveedores de lechugas para el comedor escolar... Ellos enseñan. ¡Qué duda cabe que pasan mucho tiempo con los niños y que son un referente! Hay que reforzar la autoridad del profesor, pero bien entendida. La sociedad se ha cargado el respeto al profesor. Ellos van a jugar un papel importante. Eso no quita que las madres y padres tengan la responsabilidad de educar a sus hijos. Y vuelvo a hablar de la cultura de paz.

- ¿Estamos consintiendo demasiado a los niños?

-Apuesto por la defensa de los derechos de los niños y es obligación de todos garantizar esos derechos. Eso no significa tenerlos en burbujas cerradas; esas burbujas deben tener puertas de entrada y salida para que se inmunicen de los elementos tóxicos. Los niños tienen que tener alguna frustración en la vida. La vida es así. No debemos sobreprotegerlos pero sí darles autonomía.