-¿Qué opina del referéndum constitucional de Italia?

-Habiendo sido el presidente del Comité en contra de la reforma Renzi-Boschi, obviamente me ha alegrado y complacido mucho el resultado negativo del referéndum. Las razones para el no a la reforma eran muchas, lo que explica porqué el 60% de los electores italianos han votado no, pese al esfuerzo propagandista del presidente Matteo Renzi. "El sueño de la razón produce monstruos" de Goya evidencia que en efecto solo el sueño de la razón puede explicar las gravísimas violaciones constitucionales llevadas a cabo por la reforma Renzi.

-¿Por qué rechazaba usted esa reforma?

-En primer lugar, la reforma Renzi se votaba en el Parlamento pese a que el Tribunal Constitucional había declarado inconstitucional la ley electoral con base en la que se habían elegido el Congreso y el Senado. En vez de proceder a la disolución de las cámaras, puesto que su composición era ilegítima (tenía 127 escaños más de aquellos a los que habría tenido derecho), Renzi quería a toda costa que la reforma fuera aprobada, en flagrante violación del mencionado juicio constitucional. En segundo lugar, esa reforma es el resultado de una iniciativa legislativa del Gobierno que, en principio, en los procedimientos de revisión constitucional nunca debería admitirse, debiendo el Gobierno preocuparse del rumbo político de la mayoría parlamentaria. Además, modificaba hasta 55 artículos de la Constitución relativos al carácter electivo del Senado, a sus funciones, al procedimiento legislativo de las Cámaras, a la potestad legislativa de las regiones, etc. Se habría tratado, por tanto, de una reforma constitucional heterogénea y no de una revisión constitucional relativa. Al mismo tiempo, al eliminar la elección directa del Senado, la reforma Renzi violaba uno de los principios considerados supremos e inmodificables por el Tribunal Constitucional que señala que "la voluntad de los ciudadanos expresada a través del voto (?) constituye el principal instrumento de manifestación de la soberanía popular".

-¿Qué otros "monstruos" caracterizan, a su modo de ver, la reforma Renzi?

-Esta reforma confirmaba la competencia del Senado en la función legislativa ordinaria y constitucional, pero al mismo tiempo reducía su composición: de los actuales 315 senadores (elegidos directamente por el pueblo) a sólo 100 , de los que 74 eran diputados regionales, "part time", y 21 alcaldes, también "part time", además de 5 senadores nombrados directamente por el Presidente de la República. Esa relación entre 630 diputados y 100 senadores habría vuelto, de hecho, irrelevante el papel del Senado. Y el hecho de que los senadores hubieran debido ejercer a la vez las funciones de diputados regionales o de alcaldes, habría hecho muy difícil, sino imposible, el desarrollo de sus funciones. Pero el propósito que subyacía al diseño reformista era otro. Intentaba concentrar la actividad política únicamente en la cámara de los diputados: la única titular de la relación de confianza, que gracias a la llamada Italicum -la ley electoral posteriormente declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional- habría garantizado al Partido Democrático hasta 340 de los 630 escaños. Con la eliminación de la necesidad de la confianza del senado, así como gracias a la ley electoral denominada Italicum, la forma de gobierno de la República italiana se habría transformado en la forma de gobierno del "presidente absoluto". En este sentido es significativo que aunque el Senado habría representado a las instituciones territoriales sólo el Congreso habría legislado sobre las materias competencia de las regiones.

-¿Cómo valora los resultados de las elecciones francesas del pasado domingo?

-Diría que no solo ha ganado "el menos malo" sino que el dinamismo y la sincera vocación europeísta de Macron podrían suponer un significativo giro en la Unión Europea. Pero Macron debería intentar a toda costa no parecer el terminal [delegado] del sector financiero al que ha pertenecido.

-¿Está en peligro la unidad europea?

-No. Habría habido peligro sólo si hubiese ganado Le Pen.

-¿Qué opina del auge de la extrema derecha en Europa?

-Es muy, muy preocupante. Lamentablemente los atentados y los homicidios llevados a cabo por los secuaces del Isis empujan al extremismo, que es precisamente lo que quiere el Isis. Esto es, el rechazo de la razón. Goya ha sido un genio ¡y tenía ante los ojos los autos de fe!

-¿El Brexit es el primer paso para la desmembración de europea?

-El Brexit ha sido un error político de Cameron pero confío en el espíritu pragmático de los ingleses cuando se percaten de la cuantía del coste económico global de la salida de Europa, quizá se lo replanteen.

-¿Representa Trump una amenaza para Europa?

-Temo que sí. Trump no es un hombre culto y no es un político. Se mueve solo por instinto, que como tal es voluble. Si Trump no aprende a contenerse y a respetar las competencias del Congreso, antes o después ¡será sometido al "impeachment" del Congreso!

-Cuenta con una destacada trayectoria universitaria, ¿qué importancia le da a la faceta docente e investigadora ahora ya como profesor emérito?

-Tanto la investigación como la docencia han sido fundamentales para mí. La duda es la base de la ciencia. Y muchas dudas sobre la exactitud de mis tesis o de tesis de otros han surgido mientras enseñaba o hablaba con estudiantes.