Una decena de menores aguardan salir de la tutela de la Xunta y entrar a formar parte de una familia que les aporte seguridad y afecto. Sin embargo, esto no resulta sencillo para niños con necesidades especiales, esto es, que presentan alguna discapacidad física, psíquica o sensorial, son mayor de ocho años, padecen una enfermedad crónica o constituyen un grupo de hermanos, entre otras condiciones que dificultan enormemente la adopción.

Por ello, la Fundación Meniños y la Xunta hacen un llamamiento para que estos chavales vean cumplido el derecho de todo niño a crecer dentro de una familia. "En estos momentos tenemos más casos que familias que realmente estén dispuestas a involucrarse con unos niños que presentan unas afecciones muy graves", reconoce Olalla Castiñeiras, trabajadora social y una de las técnicas del Programa de Adopciones Especiales de la Consellería de Política Social que desde 2015 gestiona la Fundación Meniños, entidad sin ánimo de lucro que dirige Mónica Permuy.

Para poder adoptar a uno de estos pequeños, los futuros padres tienen que tramitar el trámite de adopción en la Xunta, que es la encargada de emitir el certificado de idoneidad de la familia, aunque en estos casos especiales las adopciones no se otorgan por orden de inscripción, sino que se valora la idoneidad de la familia para cada caso concreto. También suelen ser adopciones más rápidas, ya que en muchos casos se acelera el proceso lo máximo posible por el bien del menor tutelado. "Aunque en los centros están muy bien, nunca será lo mismo que tener una familia", insiste.

La trabajadora social explica que la adopción especial no es similar a la de un bebé, ya que estos niños demandan una atención especial ya sea porque padecen una discapacidad severo o ya sea por las experiencias vividas. "Es una adopción difícil, dura, pero las familias que han decidido adoptar a un niño del programa especial también aseguran que es muy gratificante", afirma la trabajadora social.

Meniños ofrece asesoramiento antes, durante y después del proceso de adopción para que a las familias le resulte lo más sencillo posible. Castiñeiras recomienda ponerse en contacto con la fundación en cuanto se haya iniciado el proceso de tramitación de la adopción para que los futuros padres vayan teniendo las herramientas necesarias para manejar la situación. "Al principio, los padres tienen mucho miedo a una adopción de estas características, tienen muchas preguntas", explica Castiñeiras.

No existe un perfil de familia que dedica ser padres a través de este programa, aunque matiza que tener un caso cercano contribuye a que la problemática del niño sea visto con mayor normalidad, lo que anima a la adopción especial.