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GALLEGOS EN LA CIMA

Concha Boo Arias: "El periodismo no morirá nunca, siempre será necesario, pero debe readaptarse"

Corresponsal y presentadora de informativos en varios países, ahora es la responsable de medios internacionales de Maersk, en Copenhague

Concha Boo, en la sede central de Maersk en Copenhague.

Tras veinte años ejerciendo como periodista en España, Bruselas y Bolivia estaba acostumbrada a rehacer su vida personal y profesional en cada nuevo destino, pero su llegada a Dinamarca hace más de tres años implicó otro reto, el salto a la comunicación estratégica dentro de un gigante empresarial como Maersk, la compañía de transporte marítimo de mercancías más grande del mundo. "Me pasé al lado oscuro y, aunque a veces echo de menos estar en el fregado, estoy muy contenta. Se trata de una compañía global y mi trabajo es muy creativo e interesante", destaca Concha Boo (Caracas, 1971), especialista en comunicación para América Latina e India y, desde esta misma semana, nueva responsable de medios internacionales.

Es hija de emigrantes -"como buena gallega", apostilla- aunque dejó muy pronto Venezuela y se crió en A Coruña y Lugo, donde reside su familia. Estudió Periodismo en la Complutense, trabajó para pagarse los estudios y al acabar la carrera realizó unas prácticas de verano en la CRTVG tras las que le ofrecieron la plaza de corresponsal a Bruselas. Pasó cinco años en la "capital europea", los tres últimos para CNN+, que también la envió a cubrir la guerra de los Balcanes.

Su siguiente destino fue Bolivia, adonde se trasladó junto a su marido de origen danés, Nicolai, un experto en desarrollo y educación al que conoció cuando ambos eran "erasmus" en Coímbra. Él fichó por Unicef y ella, que ya había estado en el país andino a los 17 años con Manos Unidas, trabajó durante esa época para el Grupo Prisa y fue directora de informativos de una televisión nacional.

En Bolivia, adoptaron a su primera hija, Valeria, a la que después seguirían Antón y Lucas, que ya nació en Madrid. Tras regresar a España, Concha trabajó en la Confederación de Cooperativas Agrarias, en CNN+ y en Castilla-La Mancha Televisión. Y en 2013 toda la familia puso rumbo a Copenhague: "A Nicolai le ofrecieron un trabajo en el Ministerio de Exteriores y está muy bien que los niños tengan la herencia cultural latina y también la danesa".

Durante el primer año, Concha se esforzó en aprender el idioma y en 2015 cambió el periodismo por la comunicación empresarial en Maersk: "Me seleccionaron entre quinientos aspirantes de todo el mundo, sin tener ningún padrino y con un perfil diferente en el que creyeron. Los primeros meses fueron duros pero con trabajo, voluntad y sentido común pude seguir adelante".

"Me encontré una filosofía empresarial muy distinta. Siempre me han tratado bien en las empresas, pero los trabajos no estaban bien pagados ni valorados y a veces tenías la sensación de que te perdonaban la vida. Aquí te dan las gracias, aprecian lo que haces y si tienes iniciativa te dan cancha. Los daneses aprenden desde la escuela a tener independencia, trabajar en equipo y ser creativos. Por eso, a pesar de ser un país pequeño, tienen grandes empresas a nivel internacional. En España también hay creatividad y buenos profesionales pero el sistema es muy diferente", compara Concha, que también aplaude la conciliación real.

Su experiencia periodística le resulta de gran utilidad: "Mi rol es responder a las peticiones de información que recibimos, pero también influir en las agendas de los grandes medios para que mi empresa sea un referente cuando aborden temas relacionados con el comercio exterior o la logística. Saber cómo funciona una redacción y qué interesa a un periodista ayuda mucho".

Desde principios de año, Concha ha viajado varias veces a la India y en abril acompañó al director general de Maersk a la inauguración de la terminal Lázaro Cárdenas de Michoacán, la más avanzada de América Latina. El primer ministro danés y el presidente mexicano presidieron el acto. "Es una zona muy peligrosa y solo una gran empresa puede emprender un proyecto así. Es cierto que su función es ganar dinero y contribuir al desarrollo del país, pero Maersk construye en positivo. Tiene una escala de valores que soporta cada decisión. Yo pensaba que solo las ONG o los organismos internacionales podían cambiar el mundo, pero también las empresas lo hacen. Y es muy interesante poder verlo ahora desde este lado", subraya.

Concha sigue la actualidad a través de canales internacionales, sobre todo BBC, pero intenta leer los titulares de los periódicos españoles cada día y siempre consulta El Progreso "para ver qué pasa y el tiempo que hace en Lugo".

Vive "muy conectada a las redes" y asegura que el futuro del periodismo pasa por "readaptarse" a las nuevas tecnologías: "No morirá nunca porque siempre será necesario que alguien filtre o seleccione la información, pero cada vez habrá más contenidos audiovisuales. En Maersk, por ejemplo, empezamos hace año y medio a elaborar vídeos que son muy utilizados en las redes sociales".

También aboga por rebajar la edad de la audiencia: "La televisión pública danesa tiene un informativo para niños en prime time que es el de mayor audiencia. Mis hijos pueden hablar sobre la elección de Trump o la tensión con Corea del Norte. Desde niños se acostumbran a consumir información. Es un proyecto que ayuda a construir otro tipo de sociedad y que me gustaría hacer en España". El tiempo dirá si ésa será su próxima reinvención.

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