El catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social Ignacio González del Rey casi garantiza que la edad de jubilación aumentará, con unas pensiones que, mensualmente, serán inferiores. Por ello defendió una jubilación personalizada: "No es lo mismo un profesor que un albañil". El catedrático rechazó las pensiones complementarias como alternativa al sistema público, ya que no son muy seguras y no están al alcance de la clase trabajadora.
-¿Hacia dónde van las pensiones en España?
-Vamos hacia una necesidad ineludible de ajustarlas para poder hacerlas sostenibles, teniendo en cuenta el incremento de la longevidad y el hecho de que la llamada generación del "baby boom", los nacidos en los años sesenta y setenta -mi propia generación-, comenzará a jubilarse en las próximas décadas, lo que supondrá un incremento de las clases pasivas. Se hace necesario implementar ajustes en ese contexto difícil con un menor número de activos respecto a los pasivos, que además tendrán una mayor expectativa de vida.
-¿No se ha hecho bastante en los últimos años?
-Alguna reforma se ha implementado, sobre todo en el periodo 2011-2013, como el incremento de la edad de jubilación, la ampliación del periodo para el cálculo de las pensiones, el periodo de carencia para acceder a una prestación... Está previsto, además, que en 2019 se introduzcan reformas en lo que respecta a los factores de sostenibilidad, con el fin de adaptar el cobro de las pensiones a la expectativa de vida y a la situación del sistema. También se hacen necesarias reformas respecto a la revalorización de las pensiones.
-¿Hay riesgo con las pensiones hoy por hoy?
-Los problemas no se plantean en este momento, sino que pueden presentarse a medio y largo plazo. Se está hablando del año 2050 como el momento crítico para las pensiones, ya que es cuando se habrá jubilado el gran bloque de trabajadores nacidos en los años sesenta y setenta, que tendrán en torno a 80 años, con unas expectativas de vida cada vez mayores. Por eso se hace necesario retocar el sistema ahora, con tiempo, para no tener que improvisar más adelante.
-¿Habrá que jubilarse más tarde?
-Tal como establece la reforma, a partir del año 2022, la jubilación será a los 67 años, pero quizá tienda a elevarse aún más esa edad en los próximos tiempos. Quizá se hagan necesarias reformas en este aspecto. Debería permitirse una jubilación a la carta, dependiendo de las circunstancias individuales. Debe irse a una mayor adaptación y personalización de la edad de jubilación. Al fin y al cabo, no es lo mismo el desgaste que sufre un profesor de Universidad que el de un albañil o un conductor de autobús.
-Tenemos que hacernos a la idea de jubilarnos cada vez más tarde. ¿También a cobrar menos pensión?
-Con el factor de sostenibilidad se ajustará la pensión en función de la longevidad y las dificultades de financiación del sistema. De esa forma, se garantiza que cobremos todos lo mismo en función de lo que hayamos cotizado y de lo que vayamos a vivir. Sin embargo, es posible que, mensualmente, se cobre menos pensión que ahora.
-¿No es un poco injusto que las futuras generaciones cobren menos que las de sus mayores, cuando con sus cotizaciones están contribuyendo ahora a pagar unas pensiones superiores?
-Es lo que hay. Ha habido gente que se ha jubilado en unas condiciones determinadas, pero quizás en su época no había una vacuna o unos tratamientos de los que, sin embargo, dispondrán las generaciones más jóvenes. Son factores evolutivos. Con las pensiones, se trata de relaciones a muy largo plazo. Lo importante es establecer unos mecanismos bien elaborados que permitan el mantenimiento del sistema y que no llegue un momento de crisis sin que se hayan tomado medidas correctoras.
-¿Habrá que suscribir planes de pensiones privados para complementar la pensión? ¿Usted qué haría?
-Yo personalmente lo haría, pero también es verdad que las pensiones complementarias, al menos en España, reciben críticas porque no son del todo eficientes, ni son especialmente rentables e incluso tampoco son muy seguras. También es verdad que como mecanismo de ahorro no están mal.
-No parece un producto al que pueda acceder todo el mundo.
-Efectivamente, esas pensiones complementarias no se las puede permitir la clase trabajadora y por tanto no pueden convertirse en una alternativa al sistema público de pensiones.
