Julio García, asturiano de 52 años, es octacampeón español de press banca. En 2016 levantó 242,5 kilos, parando en el pecho, y en el Mundial de Aldershot (Inglaterra) quedó campeón de fuerza absoluto en todos los pesos y edades.
-¿Cómo se ve a su edad?
-Me considero un gran competidor y un gran fracasado. He fracasado como hijo, como pareja y como padre. He triunfado en lo que se anhela, como deportista, soy conocido, tengo 5.000 seguidores en Facebook... pero lo básico no lo he hecho bien.
-¿Cómo está ahora?
-Físicamente, cansado de la preparación de una competición, volviendo a entrenamientos normales, de hora y poco al día.
-¿Anímicamente?
-Estoy pasando una depresión por un problema familiar muy grave. Tomo medicación para dormir. Quince días antes de ir a la última competición estuve a punto de no acudir, pero sentí el apoyo de mi esposa, Gemma Fernández; de mi amigo Luis Barro y de mi entrenador Juan Molés. Físicamente soy muy fuerte, pero emocionalmente soy muy débil.
-Usted ahora tiene una tienda de suplementación y nutrición deportiva, pero hasta hace cuatro años fue fontanero.
-Antes estuvimos en un gimnasio que nos metieron a mi mujer y a mí y andamos en juicios. Luego una persona nos dio trabajo en dos tiendas de nutrición deportiva, no daba para todos, nos empufamos y le compramos una.
-Su padre era un genio de la fontanería.
-Era un grandioso profesional y genio como persona. Me di cuenta cuando ya no lo tenía.
-¿Por qué?
-Nos llevábamos mal. Fue una relación padre e hijo como la de la película Leyendas de pasión. Llevaba diez meses sin hablarme con él cuando me enteré de que tenía cáncer.
-¿Cómo ocurrió?
-Me llamó mi madre, diciendo que mi padre quería hablar conmigo. Tengo una relación excelente con ella, que ha sufrido mucho vivir con un hijo y un padre que no se llevaban bien. También estaba mi hermano, con el que no tengo relación de ningún tipo. Daría todos mis trofeos, reconocimientos y fama, sin dudarlo, por que pudiéramos darnos un abrazo y aquí no pasó nada.
-¿Qué le pasó con su hermano?
-No lo sé, pero si me dices que lo arreglo yendo en calzoncillos a los lagos de Covadonga, echo a andar sin dudarlo.
-Siga con aquel día en casa.
-Mi madre me dijo: "Tu padre se está muriendo". Sentí un escalofrío y, como ahora, la necesidad de arreglar nuestras diferencias. Entré en Silicosis a las 12 de la noche, fui a su habitación, le miré a los ojos y le dije: "Papá, tú sabes que yo te quiero mucho". Él me contestó: "Hijo, ¿cómo no me vas a querer?". Esa frase ha marcado mi vida.
-¿En qué sentido?
-Tiene que haber un momento en que vuelva a verle y él me pueda decir "lo has hecho bien", y yo, "qué razón tenías".
-¿La tenía?
-Sí, todo lo malo que me pasó -la traición, la mentira, la envidia- me lo advirtió mi padre. Me decía: "Sabe más el diablo por viejo que por diablo"; "si un duro tienes, un duro vales y así te van a tratar", "si consigues tres amigos en la vida, está bien". Por más que llamo al Cielo no me lo coge.
-¿Cuándo empezó a hacer deporte?
-Libré la mili por exceso de peso y en 5 meses adelgacé 40 kilos. Cuidé la comida, dejé de fumar, empecé a hacer culturismo.
-¿Por qué tan tarde?
-No ligaba. A los 22 años era virgen. Cuando tuve un cuerpo pasé de que nadie bailara conmigo en Vanitas Vanitatis a tener cinco novias a la vez. Siempre fui un poco cariñoso. Aproveché todo por si volvía la sequía.
-En 2001 ganó su primer campeonato de España.
-Llamé a mi padre llorando. Queríamos llevarnos bien, pero éramos iguales de carácter. Soy hipocondriaco. Despertaba a las tres de la mañana a un amigo médico que me curó de todos los cánceres e infartos que no tuve. Nunca pegué a nadie, pero tengo un pronto violento de palabra. Ese carácter hace falta para levantar cien kilos.
-Usted es costalero y se dice creyente, pero no está casado por la Iglesia.
-Por circunstancias. La primera vez fue por el Juzgado, y la segunda, en el Ayuntamiento.
-Nació el 12 de octubre.
-Sí, y me gustaría tirarle de la oreja a Willy Toledo: si es tan chulo sobre el día de la patria y la Virgen del Pilar que lo diga en Zaragoza, en medio de la plaza. Hice un vídeo a Piqué que tuvo 900.000 visitas. Yo respeto que piensen lo que quieran, pero que me respeten. No pites el himno y, si no sientes los colores de España, no pongas la camiseta. La única vez que sentí mi país unido fue en la victoria del Mundial.
