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Investigadores gallegos diseñan un dispositivo de control del gas radón

El Instituto Gallego de Física de Altas Energías trabaja en un aparato que lo mide y alerta, con una aplicación para móvil

Detalles del dispositivo, que se probará en una planta en Galicia

Galicia convive de manera natural con el gas radón a niveles de exposición muy elevados, lo que supone un factor de riesgo más a la hora de padecer cáncer de pulmón. El radón es un gas noble y constituye la mayor fuente de exposición a radiación natural en humanos. Es la segunda causa principal de cáncer de pulmón después del tabaco y Galicia es una de las comunidades más afectadas, por sus suelos graníticos.

Investigadores del Instituto Gallego de Física de Altas Energías de la Universidade de Santiago de Compostela y del Instituto de Microelectrónica de Barcelona han iniciado un proyecto para desarrollar un sistema automático y asequible que controle los niveles de radón en los edificios. El sistema, que incluso podría controlarse mediante un aplicación en el móvil, tendrá una versión más sencilla para usuarios domésticos y otra para grandes instalaciones.

Con el acrónimo CARE (Desarrollo de un sistema de control automatizado de la concentración de radón en los edificios), el proyecto tiene como objetivo desarrollar un sistema que controla los niveles de radón en los edificios y proporciona una respuesta automática, el ajuste de la ventilación o aire acondicionado en función de su la concentración.

Los niveles de radón en interiores pueden reducirse ventilando, pero esta operación no siempre se realiza cuando es necesario, ya sea por ignorancia o por limitaciones técnicas, como en el caso de grandes edificios, sótanos o sistemas de aire acondicionado en circuito cerrado. El aislamiento de las casas más actuales tiene como contrapartida una mayor acumulación de radón en el interior.

Las pruebas del sistema se realizan en una planta en Galicia, uno de los lugares de España con mayor potencial para la exhalación de radón. La participante en la investigación de la USC, Dolores Cortina, señala que estos sistemas se harán más populares con la entrada en vigor el próximo año de una nueva directiva europea que por primera vez obliga a los gobiernos a medir el radón en lugares de trabajo emplazados en áreas peligrosas -y reducir la concentración de radón en los lugares que registren un mínimo de 300 bequerelios por metro cúbico-. También se prevé la introducción de requisitos específicos en el edificio, para prevenir y reducir este gas.

Los sensores que existen actualmente en el mercado para control de radón son sofisticados y caros, en algunos casos, o en otros, son simplemente captadores de aire que necesitan varios días de exposición para obtener resultados, que además deben ser analizados en laboratorios especializados.

Frente a esto, el proyecto CARE, que acaba de comenzar, desarrolló un sensor basado en la tecnología de silicio usado en la física de partículas grandes experimentales como el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN, así como el radón del monitor capaz de proporcionar medidas de concentración cada media hora. Ambos dispositivos se complementan con un sistema que gestiona la información proporcionada por el monitor conectado a una instalación inteligente de aire acondicionado, para actuar de inmediato y eficaz, y por lo tanto reducir la concentración de radón.

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