La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará el próximo año dos naves, la sonda BepiColombo y el satélite Solar Orbiter, que se acercarán como nunca antes hasta el planeta Mercurio y el Sol y que deberán resistir temperaturas de hasta 500 ºC. Un reto tecnológico en el que ha participado la ingeniera aeronáutica Sara Rodríguez (Vigo, 1989), que trabaja en los cuarteles generales de la división Defensa y Espacio de Airbus, en Múnich, la principal compañía europea en este ámbito y la segunda más grande del mundo en el campo espacial.

Pertenece al departamento de paneles solares y se ocupa de simular por ordenador su resistencia durante los momentos críticos del lanzamiento y también de los posteriores test reales de los materiales. Para las próximas misiones de la ESA, en las que colabora con la NASA y su homóloga japonesa (JAXA), Airbus ha desarrollado nuevos modelos mucho más resistentes a la temperatura y los niveles de radiación.

"Cada kilo que se lanza al espacio cuesta una cantidad enorme de dinero y siempre se busca ahorrar masa. Pero, al mismo tiempo, los materiales deben soportar las vibraciones que se producen durante el lanzamiento. Hay que evitar que las células solares se rompan o no funcionen correctamente. Por eso los márgenes y requisitos son tan estrictos. Si fallan los paneles solares, los instrumentos internos no tendrían potencia para funcionar y la misión fracasaría", explica Sara, que actualmente está implicada en un nuevo satélite Egypt.

Estudió Ingeniería Aeronáutica en la Politécnica de Madrid, primero la técnica y luego la superior, y realizó su proyecto fin de carrera en el departamento de vehículos espaciales, en concreto, sobre los cálculos estructurales de Qbito, el primer cubesat de la universidad madrileña. Esta experiencia le ayudó a conseguir su primer empleo en Barcelona, donde solo llevaba 9 meses cuando surgió la oportunidad de trabajar para Airbus.

Acaba de cumplir un año en las oficinas de Múnich, que cuentan con 6.500 empleados, y le queda otro de contrato. "Siempre tuve la idea de vivir una experiencia fuera de España y me atrae quedarme una temporada por aquí, pero también me gustaría volver en algún momento", comenta.

"Las condiciones laborales en Alemania son bastante mejores, tienes más vacaciones, mayores salarios y un horario flexible. En España nunca hacía las 8 horas, aquí si no acabas tu trabajo en ese tiempo te consideran ineficiente y además no está permitido trabajar más de 10", compara.

Con este marco y dadas las dificultades de encontrar trabajo en nuestro mercado nacional, no es extraño que muchos compatriotas hayan puesto rumbo a Múnich. "Somos un montón. Ya no me giro cada vez que escucho hablar español en la calle o en el supermercado", comenta entre risas.

A Sara siempre le gustaron las ciencias y se decidió por Ingeniería Aeronáutica, una carrera durante mucho tiempo vetada a la mujer porque tenía carácter militar: "Más de la mitad de mis compañeros de clase eran chicos y una de mis profesoras fue la primera catedrática en España. Es un sector mayoritariamente masculino, pero cada vez somos más chicas".

"Toda la vida jugué con muñecas y siempre me tiraron las ciencias. Sabía que quería hacer una ingeniería. Y hoy los niños tienen acceso a mucha información, yo no tenía internet. También pienso que ellos deberían elegir con qué quieren jugar y no los padres, quizás eso ayudaría a que a la hora de decidir su futuro no pensaran en qué deberían hacer, sino en lo que quieren", reflexiona.

Aunque echa en falta "la playa y la comida" e intenta regresar a Vigo a menudo para ver crecer a su hermano pequeño Mario, Sara se encuentra muy a gusto en Múnich, donde reside con su pareja, otro ingeniero aeronáutico de origen canario.

La ciudad fue elegida en 2015 la mejor de Alemania para vivir y la cuarta de todo el mundo: "Tiene todo lo bueno de una gran urbe pero sin el agobio de Madrid o Barcelona. Y tenemos los Alpes a una hora. Me llevé una sorpresa porque los alemanes son muy agradables y sociables y el clima es mucho mejor de lo que me esperaba. Solo tuvimos unas semanas de frío horrible en invierno. Los tópicos fallan".