La decisión del Ministerio de Educación de permitir que un alumno pueda obtener el título de Secundaria pese a tener dos asignaturas suspensas -siempre que no sean Lengua o Gallego y Matemáticas- ha suscitado polémica en algunos sectores, pero la realidad es que los requisitos para graduarse se quedan prácticamente igual a antes de que llegase la Lomce. De hecho, los últimos datos del departamento de Íñigo Méndez de Vigo revelan que una quinta parte de los alumnos gallegos (4.171, el 21,2%) promocionan 4º de ESO con alguna materia suspensa, es decir, superan el último curso de Secundaria y por tanto logran el título pese a no tener todo aprobado. No es algo excepcional ya que la tasa a nivel estatal se sitúa en el 16,8%, según la última estadística de Educación, correspondiente al curso 2014-2015.

Pese a que en todas las comunidades autónomas la mayoría de matriculados en el último curso de Secundaria logra promocionar con todo aprobado, hacerlo con alguna pendiente no es algo anecdótico ni mucho menos. Galicia es la quinta comunidad con mayor tasa de alumnos que terminan sus estudios de ESO con algún suspenso -superada por Extremadura (27,4%), Castilla y León (22,3%), Cantabria y La Rioja (ambas con 21,6%)- mientras que en el otro lado, como la autonomía en la que más alumnos superan 4º de ESO con todo aprobado está Cataluña: sólo un 8,4% lo hace con alguna suspensa.

La estadística del Ministerio revela que A Coruña es la provincia gallega con mayor número de alumnos que termina Secundaria arrastrando alguna materia (1.746, el 21,5% del total de 7.091 que promocionaron ese curso), seguida de Pontevedra (1.577, un 21,1% del total), Lugo (457, un 21,8%) y Ourense (391, el 20,1% del total). Pero además, los datos indican que más de la mitad de quienes se gradúan con alguna suspensa son varones (el 54,9% en toda la comunidad gallega) y que la mayoría (siete de cada diez) estudian en un centro público.

Los datos, eso sí, no matizan con cuantas materias suspensas finalizan Secundaria estos alumnos. Hasta este curso -donde se implantaba la polémica Lomce en 4º de ESO-, los requisitos que se fijaban para lograr el título de Secundaria eran los fijados por una norma del año 2007. En ella se establece que se graduarán en esta etapa educativa quienes tengan todo aprobado o, en su defecto, finalicen "con evaluación negativa en una o dos materias y excepcionalmente en tres, siempre que el equipo docente del centro considere que la naturaleza y el peso de estas en el conjunto de la etapa no le impidió alcanzar las competencias básicas y los objetivos de la etapa".

Con la Lomce estos requisitos variaban. Era preciso obtener una nota media de cinco y aprobar la evaluciación final o reválida que se realiza al terminar 4º de ESO. Tras eliminar los efectos de las reválidas -no serán necesarias para titular y sólo las realizarán algunos centros como algo muestral-, el Gobierno también dió marcha atrás en los requisitos para titular. Prepara un borrador en el que se establece que ya no será necesario tener una nota media de 5 puntos y que se podrá obtener el título de ESO con dos suspensos, pero siempre que no sean Lengua Castellana o Gallego y Matemáticas.

Una decisión que, pese a que deja las cosas prácticamente como estaban, suscitó polémica en algunos sectores. El propio Consejo Escolar del Estado calificaba, en un informe sobre este tema, de "anómalo" el poder graduarse en Secundaria con una nota media inferior al cinco y además instaba al Gobierno a usar un término análogo al "aprobado" para evitar confusión en los casos en que el estudiante no logre al 5 y en aquellos en donde la media sea muy superior al suficiente (notable o sobresaliente). Tras ello, el Gobierno anunció esta misma semana que el futuro título de ESO incorporará la nota media exacta de cada alumno junto a la expresión "y cumple los requisitos académicos". Sindicatos como ANPE también rechazan que se supere la etapa sin llegar al cinco.