A día de hoy, la vacuna sigue siendo la única solución al problema de la alergia al polen. "La gente, cuando tiene pocos síntomas -explica Ángela Meijide, alergóloga gallega de la Sociedad Española de Alergología-, tiende a ir a la farmacia para coger un antihistamínico. Hay que decirle que aparte de esos fármacos, debe ir al médico que le indicará el tratamiento a seguir, si debe realizar pruebas para descartar asma y, finalmente, derivarlo al alergólogo. Las vacunas de la alergia son el único tratamiento que puede modificarla. El antihistamínico corta los síntomas pero no modifica la alergia reduciendo sus síntomas. Lo habitual, en Galicia, es poner estas vacunas antes de la primavera entre tres y cinco años seguidos".

Esta alergóloga alerta de que se puede empezar un año con síntomas muy leves "pero la tendencia de las enfermedades alérgicas es que vayan a más. Podemos empezar con un picor de ojos y al cabo de los años desarrollar asma. La manera de prevenirlo es vacunándose", avisa.

Esta experta también facilita pistas para detectar cuándo arranca una alergia. "Si empieza con estornudos, picores de nariz y de ojos, fatiga al ir al campo o estar al aire libre llegando a tener que parar cuando corre o incluso a sentir un pitido en el pulmón, tiene que saber que es alérgica a algún polen".