Carlos Cáceres es fisioterapeuta del Hospital Povisa de Vigo y trabaja a diario con enfermos de ELA y otras enfermedades especialmente duras. "Es muy fácil juzgar una decisión de suicidio como ésta cuando no se convive 24 horas al día con la enfermedad", advierte. Cáceres explica que el apoyo psicológico en estas dolencias es "esencial y debería de estar disponible para los enfermos todos los días y durante todo el proceso, ya que la falta de autoestima que sufren es enorme y su frustración, difícil de gestionar". "El paciente de ELA pasa por distintas fases de duelo y de aceptación de la enfermedad; es complicado ir viendo el deterioro en un plazo corto de tiempo y ser totalmente consciente de cómo vas perdiendo facultades, de cómo mueres en vida, porque lo cruel de esta enfermedad es que no afecta en absoluto a la parte cognitiva", describe el médico.

José Antonio Arrabal lo cuenta con claridad en el vídeo: "Ya no puedo ni levantarme de la cama ni acostarme, no puedo darme ni la vuelta. No puedo vestirme, desnudarme. No puedo limpiarme. No puedo comer ya solo. Cuando te diagnostican la ELA, te dan la sentencia de muerte tal cual". Cáceres asegura que el suicidio está en la mente de muchos enfermos en algún momento de la enfermedad, "aunque normalmente aquellos que vienen a rehabilitación y que no se aíslan lo asumen mejor que los que toman esa otra actitud y niegan su enfermedad", indica el rehabilitador.