Hay premios literarios y luego está el San Clemente Rosalía-Abanca. Quienes reciben el reconocimiento, que esta vez recayó en Pierre Lemaitre, Sara Mesa y Xabier Quiroga en las categorías de lengua extranjera, castellano y gallego, respectivamente, suelen destacar, como en esta ocasión, el "orgullo", el "honor", la "autenticidad" y lo "excepcional" de convencer a un tribunal conformado por estudiantes de Bachillerato de once centros escolares de Galicia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Portugal, Estados Unidos y Rusia. Para Juan Carlos Escotet, vicepresidente de Abanca, entidad que apadrina el galardón promovido por el IES Rosalía de Castro de Santiago desde 2016, "no es fácil seducir" a los lectores de un grupo tan amplio y diverso que demuestran, además, que la imagen que se traslada muchas veces de los jóvenes "no responde siempre a la realidad".

Pese a la buena disposición del tribunal de unos premios que llegan a su XXII edición, casi un 40% de los españoles no leyó un libro en 2015. Sin embargo, Sara Mesa, escogida por "Cicatriz", no considera que "la misión del escritor" sea incrementar los índices de lectura -aunque sí "probablemente la de todo el mundo que rodea al escritor", apostilla-, sino "escribir buenos libros".

Justo esa fue la receta que ofreció ayer el ganador del Goncourt en 2013, Pierre Lemaitre, premiado por "Irène", para intentar sumar adeptos a la lectura: "Intentar hacer buenos libros. El público, el joven igual que el resto, necesita que le cuenten buenas historias". En ese sentido, recordó que los novelistas "siguen siendo los primeros en la fábrica de ficción de todas las artes" y que sus obras alimentan series de televisión y películas. En la misma línea, Xabier Quiroga, que fue elegido por "Izan o da saca", defendió que "una historia bien contada seduce a cualquiera".

Pero a la hora de formar a jóvenes lectores, Mesa, por ejemplo, expresó su "duda" sobre los programas académicos. "Creo que no se enseña literatura, se enseña historia de la literatura", dijo, "y en el camino van quedando mucho desengañados". A los que deciden tomar por sí mismos la pluma, Lemaitre les instó a "no escuchar los consejos de los demás" y a no dejarse maravillar por lo que escriben, Mesa les recomendó "leer mucho, no tener prisa" y "evitar la moda" y Quiroga les animó a "sentir mucho" además de "leer mucho".