Son una decena de chicos de entre 18 y 21 años. Durante un año trabajaron en la elaboración de un proyecto, un teatrillo de sombras chinas. Ahora, bajo el nombre de Os asomados, recorren los colegios de Vigo ofreciendo su espectáculo como una compañía de teatro más. Los integrantes son alumnos del colegio San Rafael y forman parte de un programa de Tránsito a la vida adulta dirigido a personas con diversidad funcional.

El origen de esta compañía se encuentra en un taller organizado por el equipo de Normalización del Concello de Vigo sobre sombras chinescas. Mar Santos, directora pedagógica del colegio, cuenta que los alumnos "hicieron desde las figuras, los escenarios a la grabación de las voces y sonidos" para componer una representación que, en principio, solo ofrecerían en el centro. Sin embargo, un profesor vio en el taller la oportunidad de emplearlo como herramienta de integración en alumnado con discapacidad. El resultado fue tan aplaudido que llevan dos cursos visitando otros colegios mostrando su versión de la obra "Garavanciño" a niños de Infantil y primer ciclo de Primaria.

El equipo, completado por dos profesores, ha desarrollado todo un programa en el que, primero, los niños que van a acudir como público a la obra reciben unas fichas de trabajo sobre lo que van a ver. Después, acuden a la representación y una vez concluida, los titiriteros responden a las preguntas de los niños y les enseñan cómo usar las marionetas.

Santos señala que esta tarea "les ayuda a nivel motivacional, a mejorar su autoestima y a relacionarse con los demás". La propia creación teatral es una manera de desenvolver su potencial expresivo y creativo.

Además, deben tener en cuenta el público al que va dirigida la obra, con lo que tienen que adecuar el lenguaje, los movimientos y el desarrollo de la historia teniendo en cuenta sus necesidades e intereses.

Otro de los objetivos es favorecer el trabajo en grupo de los alumnos, ya que esta actividad requiere llegar a acuerdos, reforzando el autocontrol y la negociación así como la empatía. Al ampliar el proyecto a otros colegios salen de su zona de confort, aprenden a moverse en otros contextos y a sociabilizar.

"Además aprovechan las características de este tipo de teatro, en el que no se muestran, sino que están detrás de un panel, y esto para los que al principio les cuesta porque tienen vergüenza es una ventaja", añade Santos.

Esta temporada ya ha realizado dos actuaciones, pero ya están ensayando para que sean muchas más.