Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ana Lobeto Álvarez: "La Casa Real es la más austera en protocolo"

"Hace 500 años las monarquías ya tenían muy claro que debían cuidar al extremo la imagen"

La experta en protocolo y ceremonial Ana Lobeto Álvarez, durante una conferencia. // Miki López

Ana Lobeto Álvarez (Aquisgrán, Alemania, 1967) es licenciada en Geografía e Historia y además experta en protocolo y ceremonial. La especialista explica que para las monarquías europeas, la imagen ha sido siempre una valiosa herramienta para mostrarse al resto del mundo y que la española siempre ha tenido muy claro el papel del protocolo. En este sentido, recuerda que la reina Isabel la Católica era muy puntillosa con las formas y que el Carlos V introdujo en España el protocolo borgoñón, que se caracterizaba por ensalzar la figura del rey.

-¿Qué diferencia al protocolo borgoñón, en el que se educó el rey Carlos V, del castellano, el que había en la España de la época?

-Carlos se cría en el ambiente de Borgoña y es el que aplica en España cuando viene como rey. Sobre todo se caracteriza por ensalzar a la figura del rey, que aparece como un dios ante sus ciudadanos. El concepto tradicional de protocolo castellano es que era mucho más sencillo, aunque si se leen documentos o crónicas con un poco de detenimiento se puede observar que también había un gran cuidado por formas y ceremonial. Volviendo al protocolo borgoñón, se planifican y organizan de tal manera las funciones de los servidores reales que tenían una especialización extrema. Por ejemplo, el encargado de servir la copa de agua del almuerzo sólo tenía esta función. En el caso de Carlos no le podían dar la espalda, como sigue pasando en la monarquía tailandesa, muy estricta aún en la actualidad. Las europeas son más sencillas en el trato con los ciudadanos.

-¿Destacó algún monarca español por su cuidado del protocolo?

-El protocolo castellano llegó a su grado más importante durante el reinado de los Reyes Católicos. La reina Isabel era muy puntillosa respecto a las formas y el ceremonial, que aplicaba también a la rutina diaria: al aseo, el vestuario y a las relaciones familiares. Cuidaba mucho su imagen y la escenografía de sus actos.

-No deja de ser muy parecido a la publicidad, el marketing y el cuidado actual de la imagen...

-Todo está inventado ya. Hace quinientos años los estados, las monarquías, tenían muy claro que debían cuidar al extremo la imagen que trasladaban a otros estados, a los embajadores o a sus súbditos, y manejarla para comunicar lo que ellos querían. Es muy importante que sepamos que todo lo que se está haciendo en relación a la imagen de empresas, instituciones o la Casa Real ya se estaba haciendo hace 500 y 600 años, pero mejor que ahora.

-¿Por qué mejor que ahora?

-Era más difícil de controlar, pero el grado de detalle en que se trabajaba era mayor que el actual. Ahora el mensaje es más directo y la imagen más sencilla. Hace 500 años todo era más aparatoso y complicado, pero lo conseguían.

-Desde la perspectiva de esta evolución histórica, ¿cómo ve el protocolo que aplica ahora la Casa Real española?

-En comparación con otras casas es muy sencilla y probablemente la más austera. Cuando se instauró la monarquía de nuevo, Juan Carlos I optó por una más sencilla, dentro de la sencillez que puede tener. En las ceremonias oficiales sí que se mantienen muchos rastros de protocolo histórico, pero adaptados a la actualidad.

-Volviendo a Carlos V, ¿qué papel desempeñaba el ciudadano de a pie en la cuestión protocolaria?

-En este momento no era ciudadano, no tenía unos derechos reconocidos. El pueblo era súbdito de los reyes y hacía poco que había dejado de existir el señorío por un monasterio o el señor feudal. El papel del súbdito en la Edad Media se limitaba a la aclamación, al aplauso. En la Edad Moderna, cuando los Austrias son la dinastía dominante en España, la gente sí entraba en palacio y se paseaba, aunque no por todas las salas.

Compartir el artículo

stats