La Policía dejó ayer en libertad con cargos al operario de iluminación de la gala de los premios Goya que se entregó el pasado jueves en la comisaría del distrito madrileño de San Blas para confesar que había robado unas joyas valoradas en cerca de 30.000 euros y que devolvió a los agentes.

Fuentes de la investigación han señalado que la decisión se ha adoptado después de tomar declaración esta mañana y durante más de dos horas al hombre de unos 50 años y sin antecedentes que, a las 20.00 horas del jueves confesó el robo a la Policía, a quien entregó los cuatro pares de gemelos, la sortija y el juego de pendientes de la marca Suárez.

El arrestado queda ahora a la espera de ser citado por el juzgado que instruye el caso, acusado de un delito de hurto -no empleó la fuerza para robar- tipificado en el Código Penal con una condena de entre seis y 18 meses porque el valor de lo sustraído supera los 400 euros.

En su primera confesión ante los agentes ayer por la tarde, el trabajador de la empresa de iluminación subcontratada para la gala de los Goya alegó que se llevó las joyas como recuerdo de la ceremonia pensando que eran "baratijas".

Decidió entregarse en la comisaría de San Blas tres días después de que se presentara la denuncia por el robo y después de que los agentes comenzaran a tomar declaración a otros técnicos de televisión e iluminación.

Las joyas se encontraban en una caja detrás de una televisión en una estancia del hotel Marriott Auditorium de Madrid situada detrás del escenario que la organización de la gala de los premios había habilitado como vestuario.